jueves, 26 de noviembre de 2009

Shikai - Capitulo 3

Este capítulo lo tengo escrito desde hace mucho tiempo, pero como no me he dado el tiempo de revisarlo, no lo quería subir, sin embargo, creo que no es mala idea editarlo sobre la marcha y revelarles lo que continúa.

Este capítulo muestra la dualidad que habita en Hialek, como en todo humano, entre su razón y sus emociones. La capacidad de abstracción que tiene para "separarlos" aunque tal cosa no sea realmente posible.
Además introduce a la primera chica perteneciente a la organización, aunque creo recordar que nunca mencioné eso xD (primera cosa a arreglar). Es una relación violenta, pero llena de sentimiento, intensa, desesperada, casi enfermiza.

Además, muestra a Hialek en un momento de franca debilidad y tormento. ¿Siempre habrá sido un atormenado oculto tras el poder del liderazgo? ¿O será que otra cosa está causando esta oscura y cambiante personalidad que cubre aquella que le permitió tener seguidores? ¿Es respeto al poder o verdadero apoyo a Hialek?

En lo siguiente planeo ahondar un tanto más en las relaciones entre los que ya han aparecido, así como continuar mostrando a los personajes que hacen más dinámica la historia, que son, claro está, los personajes que están ahí para "alegrar la vida".

Gracias por seguir esta historia :3

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El piso manchado de rojo camuflaba la imperfección de los cerámicos mal puestos y destruidos. La apariencia oscura, las puertas destrozadas, la frialdad de esas murallas de sólido concreto. Nada daba pista alguna de los sucesos que ocurrían en aquél lugar. Afuera el silencio solo era interrumpido por uno que otro auto al pasar por aquella pequeña callejuela con tantos baches que cualquiera habría dicho que el camino era de tierra.

Una chaqueta negra de cuello alto tirada en un rincón. Unos botas negras recién arrojadas contra la pared con tal fuerza que la vibración fue suficiente como para romper el vidrio de una de las tantas pequeñas ventanas que dejaban que la luz entrara.

Pasos se sintieron a la vez que un rastro sanguinolento marcaba el avance de uno de los habitantes esporádicos del lugar. Una voz de mujer amenazante, luego un golpe sobre piel hacía eco seguido de un estruendo provocado por la caída de una persona u objeto que derribaba a otros tantos objetos en el lugar.

- Es verdad, me siento atraído por ti –

La mujer, coqueta, se acercaba a paso lento hacia el joven, le acariciaba con delicadeza el rostro, limpiaba la sangre que se acercaba demasiado a aquellos profundos y serios ojos que le miraban directamente. Ella le observaba por un instante y luego le tomaba de la polera manga corta, negra y ensangrentada que el joven traía siempre bajo la chaqueta de la cual le habían despojado, y le arrojaba con fuerza brutal al otro extremo de la habitación.

- Hialek, siempre me ha gustado esa actitud, esa capacidad de comando, tu voluntad y toda esa fuerza que posees. Por ello no logro comprender tu actitud. Descubrirlo también es algo que me atrae –

Hialek tras cada caída se volvía a levantar sin mucha dificultad. Al acercarse la chica, él retrocedía hasta chocar contra algo que le impidiera alejarse más y entonces ella le alcanzaba sin prisa alguna. Al hacerlo, Hialek no podía evitar poner sobre su rostro una fugaz expresión de pánico que a la chica le irritaba. Lo consideraba una muestra de cobardía. Una muestra sin sentido de debilidad. Y entonces en un arrebato violento lo golpeaba y lanzaba una vez más.

- Deja de ser un cobarde, enfréntame. Dime si hay algo en mí que también te resulte atractivo. O dime que en ti ha nacido un odio por mí - Decía con mirada severa y todo grave - No te quedes en silencio. Si no sabes que sientes, entonces al menos dame la oportunidad de luchar contra ti, pero hazlo con toda la fuerza que posees. Muéstrame tu poder. Si me odias libera ese oscuro sentimiento y destrúyeme de una vez. Libérate a través de mí -

Pero por más que insistía de Hialek no salía palabra alguna y tampoco reaccionaba. Estaba demasiado perdido y confundido como para decidir cualquier cosa.
Escapar no era su estilo y antes de esa situación tampoco se había bloqueado como en ese momento. Generalmente era indeciso, pero elegía el camino más lógico que le llevara hacia lo que deseaba sin importar si era más largo o difícil. Pero por alguna razón ya no podía. Veía cientos de ideas cruzar por su mente sin poder agarrar ninguna, las ideas eran fugaces, como si solo pudiera leer el título de una noticia, pero no su contenido y, por tanto, es que no se sentía capaz de dar una respuesta, no tenía bases para decidir siquiera lo que era ajeno a su mente: el flujo de sus emociones.

Con el insistente silencio la chica perdió aún más la paciencia y decidió embestir directamente a Hialek para intentar darle un golpe que hiciera retumbar sus entrañas y quizá así quitarle aquella confusión o al menos satisfacer su deseo de una improvisada y ligera venganza a modo de liberar su molestia.

- Si lo prefieres por las malas… - Dijo mientras a una velocidad impresionante arrojaba su puño contra el abdomen de Hialek.

Si bien Hialek había aguantado todo ese rato de golpizas porque se sentía culpable al ser incapaz de dar una respuesta, sabía que recibir ese golpe por parte de tal chica, la más poderosa de la organización, era demasiado. Por lo que a una velocidad sobrehumana se posicionó tras ella y a milimetros de donde habría estado su abdomen, le frenó tomándole del brazo.
Esto enfureció aún más a la chica, quien veía frustrada su liberación. Entonces, igualando la velocidad de Hialek se lanzó en un feroz contraataque

- No puedes ser así de bastardo. El silencio se convertirá en tu mayor enemigo si lo sigues creyendo tu aliado en situaciones como esta. Tienes que saber al menos lo que sientes, debes haberlo pensado o sentido antes de que te lo preguntara, nos conocemos desde hace mucho y alguna impresión debiste tener de mí durante todo este tiempo. Solo dame eso – Gritaba entre lágrimas de frustración y violentos ataques repletos de ira que Hialek esquivaba en un estado casi inconsciente y con irritante facilidad.

Tras un rato la chica se detuvo y cayendo de rodillas lloró por un instante. Hialek no se atrevió a acercarse, solo observó con detención y arrepentimiento. Sabía que no podía arreglar todo ese daño y aunque se esforzaba en encontrar algo que decir, su mente permanecía invariable, confundida. Estaba en un total bloqueo. Se sentía débil.
Finalmente la chica se levantó, caminó con lentitud hasta el rincón donde la chaqueta de Hialek estaba y se la llevó caminando hacia la salida.

- Yo... lo sien… - Balbuceó Hialek.

- ¡No digas que lo sientes! Si lo sintieras habrías hecho algo como justificación a tu imposibilidad de responder – Un incómodo silencio invadió una vez más el lugar, un silencio que la chica esperaba que Hialek rompiera con alguna frase, pero no fue así – Me das pena -.

Más fuerte que cualquier golpe que la chica pudiera haberle dado, más doloroso que cualquiera de las heridas que tenía sobre el cuerpo, esa frase le atacó directamente al orgullo. La chica salió cerrando con delicadeza la puerta, como diciendo que había utilizado toda su fuerza en tal batalla contra un ente de cobardía descomunal. Tras su salida Hialek camino hasta el centro exacto de la habitación, ahí se sentó e intento calmarse. Tiritaba completo y sentía una enorme frustración y un nudo en su garganta.

Se acurrucó sobre sus rodillas cual niño y dejó escapar un susurro de lengua incomprensible que recorrió toda la habitación.
Tras un instante de su cuerpo salieron un pequeño niño de apariencia inocente y alegre y una joven adulto de mirada severa y desconfiada, pero, a la vez, de presencia cálida y protectora, como una madre molesta.

- Eres patético – Dijo la mayor sin haber terminado siquiera de formarse.
- No seas así, está confundido – Interrumpió con dulce voz el niño.
- Tiene razón… - Agregó entonces, Hialek, tocando la cabeza del pequeño a la vez que se ponía de pie.

Bajo la atónita mirada del niño y la sonrisa burlesca de la mayor extendió sus dos brazos y levantó el pecho como si se llenara de un falso orgullo. Con rapidez el niño cambió su expresión a pánico y luego cubrió sus ojos con sus manos. Al instante la mayor se situó delante de Hialek y le dio un golpe fuertísimo directo al estómago. Sin embargo, a diferencia de antes con la chica, Hialek no se inmutó ni movió un solo centímetro. Recibió el golpe con toda intensidad y aún así pareció no haberle afectado en lo absoluto. Entonces, absorviendo toda la fuerza del impacto, contrarrestó el golpe liberando todo el poder hacia su alrededor en un haz destructivo e invisible. Todos los objetos se elevaron y estrellaron contra las paredes de aquel lugar y todas las pequeñas ventanas reventaron a la vez dejando salir aún parte de ese descomunal impacto.
Tras esto Hialek se dejó caer de rodillas y permitió a un par de lágrimas salir sin saber estar seguro de por qué lo necesitaba. El niño descubrió entonces sus ojos y se acercó a Hialek. Le abrazo con suavidad y mientras le acariciaba los cabellos la imagen de Hialek desapareció.
Al verse, el pequeño, acompañado solo por la mayor, sonrío e inclusive dejó escapar una ligera risa nerviosa. La mayor entonces le devolvió una mirada totalmente opuesta a su severa apariencia anterior, de hecho, hasta parecía congeniar con el niño quien dudaba del cambio de actitud por parte de esa mujer que hasta hace un instante daba la impresión de mirarle con odio.

- ¿Me temes? - Dijo ella para romper el silencio.

El pequeño no estaba muy seguro de que decir, pero sabía que con un movimiento de cabeza igualmente podía dar respuesta. Y así lo hizo para asentir, lo cual sacó una ligera sonrisa del mayor.

- Igualmente formo parte de ti, somos uno. Y como la mayor y más racional debo protegerte – Agregó acercándose para situar su mano sobre el hombro del niño – No puedo ser un todo sin ti, ni tu puedes sin mí. Nuestra existencia representa un polo del ser de cualidades duales que Hialek es -

Las emociones eran cálidas y puras, pero temerosas y en desarrollo; su razón protectora, pero obsesiva, . Ambas entidades se habían presentado bajo un estado de alteración y por separado. Sin embargo, a pesar de saberse ambos perdidos, sabían que debían apoyarse mutuamente para lograr avanzar.

El niño se acercó entonces a la joven y con algo de temor le tomó de la mano, alzó con timidez la mirada para verle directo a los ojos y junto con ello arrojó una leve sonrisa como introducción a lo que quería expresar.

- Si lo que te mantiene tranquilo es avanzar con razones, entonces como tu hermano te apoyaré. Quizá no soy tan sabio como tú, soy aún inmaduro y la mayoría de las cosas no las entiendo, pero quiero que todo salga lo mejor posible. Quiero que seas feliz, así que confía en mí de vez en cuando, a veces es mejor solo dejarse llevar –

Dicho esto, el pequeño se trepo en la espalda de la joven apoyando su cabeza en los hombros del mayor. Juntos comenzaron entonces a caminar hacia la puerta. Con cada paso que daban, las cosas que iban dejando atrás se fueron reordenando y reparando para dejar todo intacto, tal cual como estaba antes de todo el incidente. Así como también se fueron reordenando las emociones en ambos chicos que poco a poco volvían a fusionarse para dar origen a la apariencia fusionada de mente y emoción, al ser completo, a Hialek.

- Ya veo… puedo no estar seguro de lo que siento ahora, pero sí tengo una noción y es que ella me importa. Me está dando la oportunidad de evolucionar incluso sabiendo que no soy capaz de elegir algo concreto en este momento. Me dice que actúe e intente, confía en que quizá así logre luego decidir – Sintiéndose algo tonto por pronunciar tales palabras prefabricadas que tantas veces había oído, solo se rió hacia su interior – La sangre que me cubre es la marca de este aprendizaje –

Al llegar a la puerta, esta se le abrió con suavidad. Frente a él estaba una vez más la chica, quien hacía estado esperando en la puerta. Esta simplemente le devolvió la chaqueta y luego le dejó pasar sin dirigirle palabra alguna, ni siquiera una mirada.

Hialek sabía que era el momento perfecto de explicarle lo que había aprendido, mostrar la intención neta de no generarle daño con mentiras pero sin ocultar su incapacidad de responder con verdad. Era un buen momento para pedir perdón por habérselo generado de igual forma con tan terrible silencio, pero sabiendo que salvo la expresión de un cierto afecto no lograría nada, por lo que se obligaría a actuar en el futuro próximo.

Pero le ganó la cobardía, en una última desgraciada decisión optó finalmente por simplemente irse, por aplazar la situación, por escapar de aquél lugar en otro desgraciado mutismo. La chica entonces simplemente lo dejó ir sumergiéndose en un dolor agónico, en más lágrimas.
Hialek avanzó un par de pasos sintiendose algo aliviado por comenzar a alejarse, pero a la vez patético por el rumbo que tomaban sus actos.
Un remordimiento le atacaba. Se detuvo de espaldas, hizo aparecer sus “dual daggers”, y las desenvainó. En cada una de ellas podía apreciarse el logo de la organización incrustado en el mango. Con una de las dagas quitó el logo de la otra. Entonces Hialek se giró, tomó la mano de la chica y dejó son suavidad el logo sobre la mano de ella, cerrándola con la suya.

Sus ojos cruzaron miradas por un instante, ella con ojos colorados y él con una mirada seria y perdida. Ninguno sonrío, pero ambos se sintieron más tranquilos al ver fijamente en los ojos del otro, sintieron por un instante que se conectaban, aunque sus almas no lograban expresarse nada.
Hialek la rodeó con los brazos y ella le respondió cruzando los suyos por debajo de los de él y apoyando su cabeza sobre su pecho.
Tras un rato, se soltaron y Hialek emprendió rumbo, desconocido, pero lejos de ella. Apenas se soltaron se extrañaron, ambos deseaban abrazarse de nuevo pero ambos eran, también, novatos y ninguno se atrevió a pedir más. Las dagas se desvanecieron en una suerte de cenizas negras que desaparecieron arrastradas por el aire, marcando una estela sobre la cual Hialek también se desvaneció desapareciendo de igual forma.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Shikai - Capitulo 2

Este capitulo habla una vez más sobre dos chicos de los cuales no se mencionan nombres pero que si denotan personalidades y particularidades muy marcadas. Relata la amistad que hay entre ellos a la vez que expresa lo complejas que pueden ser las relaciones (Algo de mi visión también, claro está). Y el encuentro que tienen con la sustancia negra.

En comparación a la relación entre Hialek e Imation, entre estos dos hay más seriedad y un toque de dramatismo, por lo que considero que el capítulo no es lo suficientemente dinámico, pero espero que aún así no los aburra. De todas formas los comentarios y críticas serán bien recibidos para mejorar todas estas versiones que aún considero borradores.

Que lo disfruten!

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El mediodía había pasado hace varias horas. El sol golpeaba con fuerza sobre las persianas de una habitación que absorbía el calor potenciando el hedor de quien aún no levanta. El departamento era todo suyo, o lo era durante cada sábado hasta bastante tarde. Todos salían temprano por la mañana, demasiado temprano como para sentirse bien despertando a quien duerme con tanto gusto. A veces le molestaba el calor o el olor y sin realmente despertar, sonámbulo, se levantaba, abría la ventana y volvía para continuar el sueño.

Cuando alguien le llamaba vago, se defendía diciendo que era su único día de descanso. De lunes a viernes tenía largas jornadas de estudios. La verdad, las mismas que todo el resto, quizá un par de horas más. Y el domingo se consideraba un día familiar, por lo que todos estaban en pie desde temprano y le hacían levantarse a la misma hora.

Rara vez andaba huraño o irritable, pero por alguna razón sus ánimos nunca duraban demasiado a menos que alguien le potenciara. Era como aceite. De movimiento aletargado, transparente pero opacado y principalmente inflamable, con solo una chispa podía provocar un incendio. Ese mismo fuego podía usarlo para mostrarse enérgico unas cuantas horas, lo que significaba que se dormiría temprano, o bien para mantenerse con un ímpetu irrevocable al defender lo que consideraba importante. Sin embargo, para decidir qué cosa le era importante tenía una gran cantidad de condiciones y una vez alcanzada esa importancia, tenía otras para mantenerse a ese nivel. Acceder a su lista de protegidos era toda una proeza y sin conocerle bien, mantenerse lo era aún más.

A pesar de esa costumbre de levantarse tarde, de vez en cuando se levantaba antes para aprovechar la soledad y hacer lo que quisiera. Como era historia antigua, muchos bromeaban sobre las oportunidades y posibilidades que tenía al cruzar la pubertad. Lo cierto es que siempre le habían incomodado esos comentarios. Tenía cosas más interesantes y divertidas que hacer en ese tiempo, pero él mismo sabía que alguna vez debía darles la razón y con tan solo pensarlo se sentía presionado.

Realmente detestaba el sentirse obligado a hacer algo, no importa el ámbito donde estuviera la situación, su capricho de sentirse libre le era suficiente justificación como para dejar de lado un gusto, negarse a trabajar o destruir una amistad. Pero también sabía comunicarse bien, por lo que antes de lanzarse desenfrenadamente a tales actos, optaba por acercarse a la persona que consideraba fuente de tal atadura y decirle directamente que aquello le estaba molestando. Y tras una charla decidía el siguiente paso.

Fue así como desde hace un par de semanas atrás le había dicho a aquél amigo que dejaran de verse por un tiempo. Que cortaran comunicaciones para darse un espacio y así pensar un poco las cosas. Él mismo había dicho, también, que si algo de importancia ocurría y se necesitaban, se podía llamar de cualquier forma, pues seguían siendo amigos, solo se daban un ligero espacio para evitar un conflicto mayor. Y que de todas formas durante los fines de semana habría un instante en que hablarían muy ligera y resumidamente sobre cómo iban las cosas. Y una vez listos, saldrían juntos para restaurar todo oficialmente.

Ese era el día, no había arreglado cita, pero sabía que no podía haber demasiado problema pues el día anterior, él y su amigo, habían hablado y ambos estaban sin planes. Había programado el despertador, su teléfono y el televisor para que le despertaran temprano con un desfase de diez minutos cada uno, pero en su sueño había apagado todo, uno a uno cada decena de minutos y seguía acostado y durmiendo como si ese fuera realmente el plan.

Para la hora de almuerzo, el hambre le había ganado y su estómago le despertó. Se levantó con letargo, camino hasta el baño y se mojó el rostro. Luego alzó la mirada y por buen rato observó su cara aún dormida, sus cortos y negros cabellos y sus ojos marrón, aún pequeños, mirándole fijamente. Tras una rápida pasada al inodoro, dejó el agua de la ducha correr. Se desvistió y se mantuvo un rato inmóvil bajo el agua tibia, tal como le gustaba.

Finalmente salió, pasó las manos sobre el espejo empañado por el vapor y se quedó un rato observando su pálido torso desnudo. Se tapó con la toalla con la cual se había secado y se encerró en su cuarto como sintiendo vergüenza de que alguien lo viera, incluso sí mismo. Por la misma razón siempre se vestía rápido. Salvo por su familia y aquél amigo, no permitía que nadie viera siquiera su torso desnudo. En eso pensaba cuando se dio cuenta de que aquél era el día que tenía programado y ya era tardísimo. Ahí fue cuando saltó la chispa y el aceite ardió.

De un momento a otro su rostro cambió de expresión, se sintió vitalizado y enérgico. Sentía que era su responsabilidad la restauración, después de todo, él había pedido la distancia. Se terminó de vestir. Y mientras caminaba hacia la cocina para comer algo, enviaba un mensaje de texto preguntándole a su amigo si estaba libre para salir. En la espera salió y tendió su mojada toalla, calentó el almuerzo que siempre le dejaban para ese día y que devoraba en poco tiempo. Y entonces se detuvo, miró su teléfono y vio que no había respuesta. Era extraño que no respondiera de inmediato o al menos pronto, pero considerando que él también se había atrasado, decidió esperar un poco más. Dejó el teléfono sobre la mesa asegurándose de que el sonido de llamada estuviera al máximo volumen y decidió ordenar su habitación. Al terminar había pasado cerca de una hora. Así que volvió a revisar si había respuesta y no la había. Ahora si estaba preocupado, así que decidió dejar de lado los mensajes y llamarle directamente, pero a pesar de los intentos este no respondió. Se preguntaba si estaría molesto por algo, pero había algo que no encajaba. Su amigo siempre le decía cuando había algo que no le agradaba y para él la comunicación era lo más importante. Algo debía estar mal si no respondía. Dio vueltas por la casa por varios minutos, su duda era si ir a verlo o no. Pensaba que era entrometido ir a verle sin avisar y además pudiendo, su amigo, tener problemas que no quisiera revelar. Pero por otra parte, sentía que si algo le hacía negarse incluso a contestarle al que llamaba mejor amigo, es porque era tan malo que necesitaría de apoyo. Finalmente sintió que la responsabilidad en la amistad era más fuerte que sus dudas. Y por último, si se equivocaba sería intentándolo en vez de estando ausente.

Tomó algo de dinero, las llaves de su departamento y se dirigió hasta la casa de su amigo. El viaje no era corto, pero no era desagradable o tedioso. Al llegar, aún quedaban algunas horas para el atardecer. Observó por un momento desde fuera la casa, lo volvieron a invadir todas las dudas, pero al recordar lo que había pensado: “Mejor intentar que estar ausente”. Juntó valor para tocar el timbre. Nadie respondió, nadie abrió. Sin embargo, el portón a la calle estaba abierto y decidió entrar. Tocó, entonces, directamente la puerta de la casa, pero nadie respondió. Decidió entonces caminar hasta el jardín trasero y ver si había alguien en la habitación de su amigo que quedaba en el segundo piso. Y para su sorpresa, la ventana estaba completamente abierta, aunque el silencio en toda la casa era rotundo.

Se imagino entonces que estaría solo y no quería hablar con nadie. Pero al escuchar un golpe al interior su idea se volvió más dramática y uniendo pistas concluyó que le estaban robando a su amigo. Tomó entonces una escoba a la vista y con ella en la mano trepó hasta la ventana abierta. Se asomó con cuidado, pero no había nadie a la vista. Entró entonces a la habitación y se apoyó con rapidez contra la pared junto a la puerta como solían hacer todos los que actuaban como hombres de acción. Observó con precaución los alrededores, pero no se divisaba a nadie. Aunque no pasó desapercibida una extraña marca en la baranda de la escalera. Un ligero rastro de color negro, como un gran escupitajo que goteaba ligera y viscosamente. Fue revisando habitación por habitación, pero todo estaba vacío. Luego bajó las escaleras con tanto sigilo como pudo y repitió el proceso en todo el primer piso. Finalmente juntó valor una vez más y a toda voz preguntó varias veces y había alguien, pero nadie respondió y tampoco se escuchó movimiento. La casa estaba sola. Dejó entonces la escoba a un lado, pasó al baño a refrescarse mojándose el sudado rostro. Fue a la cocina por un poco de jugo y apenas terminó de beber escuchó como alguien intentaba entrar por la puerta principal. Entonces tomó la escoba una vez más y se preparó para atacar.

Tan pronto se abrió la puerta, impulsivamente, atacó a quien entraba. El visitante debía tener muy buenos reflejos, pues el golpe no pudo acertarle con el salto hacia atrás que había dado y tampoco pudo acertarle el segundo golpe de estocada que esquivo arqueando ligeramente su cuerpo. No fue hasta ese momento que el ataque cesó, pues fue ahí cuando notó que la persona que entraba era su amigo. Sin embargo, había algo diferente en él. Este solía mostrarse alegre o al menos siempre parecía estar a gusto con su presencia. Y esta vez le miraba como si supiera que tenían que decirse adiós para siempre. Además vestía con una chaqueta de cuello alto y completamente negra, que aunque solía ser uno de los colores que más usaba, no era de su estilo, le cubría la boca y en sus bolsillos ocultaba las manos con las cuales tanto gesticulaba.

- ¿Qué haces aquí? – Fue lo único que preguntó con un tono tan frío como su mirada

- Venía a verte. Te mandé varios mensajes y luego te llamé, pero como no respondías ni contestabas me preocupé y… - Respondió sin poder terminar.

- Recibí tu mensaje, pero… - Un tenso silencio se mantuvo, durante el cual entraron cerrando la puerta y fueron hasta la sala de estar – No estoy seguro de que sea un buen momento para retomar todo el contacto -.

- ¿Me estás dando el corte? ¿Quieres que dejemos de hablar por siempre? –

El incómodo ambiente que se había formado, la mirada fría en los ojos de aquél amigo que solía mostrarse cálido y acogedor. El tono dramático de la conversación que le recordaba a las escenas de parejas en conflicto. Todo tensaba aún más la situación.

- ¿Por qué? – Agregó tras el rato de silencio que había quedado como respuesta, pero al cual solo le siguió otro silencio más - ¿Qué hice mal? -.

- ¿Quién ha dicho que no quiero hablarte más? – Una ligera sonrisa se asomó por sobre el cuello de su chaqueta – A pesar de los cambios que puedes apreciar, sigo siendo yo y tú sigues siendo mi mejor amigo. La verdad, lo que temo es que seas tú quien no pueda aceptar el cambio -.

- Pero, para decidir eso al menos debes dejarme intentarlo -.

- Supongo que el solo hecho de que estés aquí hoy, buscándome a pesar de mis actos, demuestra que entre nosotros hay una conexión especial, sólida. Y que puedo confiar en ti -.

A esto le siguió una reconciliación por este pequeño asunto, una charla sobre como restaurar comunicación y algunos acuerdos y ajustes sobre lo que antes molestaba y que ahora debía darse por superado o al menos en proceso a ello. Lo siguiente fue ponerse al día sobre la situación en la vida de cada uno, mientras preparaban una improvisada merienda.

- Ya veo, así fue como entraste. Pero es extraño, estoy seguro de que cerré todo antes de salir -.

- Quizá tus padres… -.

- No, ellos no vuelven hasta mañana. Y no parece que falte nada de valor, así que tampoco creo que hayan sido ladrones -. Interrumpió el chico, sacando sus manos de la chaqueta para gesticular

- Ahora que lo pienso, había una cosa extraña… -

Sin terminar la frase el chico se levantó de la mesa y caminó hasta la baranda de la escalera. Su amigo le siguió de inmediato y en silencio observó lo que el chico apuntaba. Se miraron extrañados, teorizaron sobre lo que podía ser. Claramente no era pintura, no tenía olor pero si lucía muy desagradable. El chico se acercó entonces e intentó tomar un poco de aquella sustancia con el dedo.
Tan pronto como hizo contacto, sintió como su cabeza retumbaba. Se asustó y atribuyó todo a que la sustancia era tóxica o radioactiva y comenzó a gritar con desesperación que iba a morir. Su amigo creyendo que se trataba de un juego, solo se reía ligeramente y observaba como el chico intentaba limpiarse con la pared. Contra lo cual protestó, pero no fue escuchado. Viendo la expresión de pánico en la cara del chico, recién se dio cuenta de que hablaba en serio. Se quitó entonces la chaqueta, tomó la mano manchada e intento limpiarla con ella. Sin embargo, no había forma de quitárselo del dedo y había comenzado a expandirse por su mano. Poco a poco, el chico, fue perdiendo fuerza, se mareó y tras apoyarse a duras penas en la muralla, cayó rendido al piso, pudiendo sentir un gran calor extendiéndose por su brazo. Una borrosa imagen se presentó ante él, su amigo también había tomado un poco de aquella sustancia con su dedo. Intentó gritarle que estaba loco y que no lo hiciera, pero la voz no le salía. Lo último que vio antes de caer en la inconsciencia fue a su amigo observándole de pie y dejando entrever una sonrisa.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Shikai - Capítulo 1

Este capítulo introduce a otro personaje, Imation, del cual si se cuenta la relación con Hialek y se dan algunos detalles personales entre ambos, pero no se menciona su posición en la organización. Se desarrolla un poco más la personalidad de Hialek y se muestra el aporte que Imation hace a ese aspecto. Además pone sobre la mesa algunos aspectos del Shikai y su forma de operar. Y también el enfoque y sucesos sobre los cuales trabaja.

Es una revelación parcial.

Sin más preámbulo, la primera versión del primer capítulo (Todo es modificable, pero esta es la primera versión definitiva)

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Casi no importaba la distancia que tuviera que cruzar, ni los obstáculos que se le fueran presentando. Su fornido cuerpo y gran altura le permitía abrirse paso ante todo, excepto la gente, pero esta intimidada le abría el paso sin queja alguna. Su mirada severa no era reflejo de su benevolente actuar. Era algo impulsivo en sus acciones y por eso muchas veces terminaba destruyendo la mitad de las cosas a su paso e incluso parte de sus sueños, pero siempre llegaba a la meta o al objetivo que se imponía.

Su cabellera era su orgullo, no tenía realmente algo que la hiciera especial, pero solía hacerse varias trenzas y unirlas con una más larga que todas las demás a modo de cinta. Y luego estaba su gran fuerza. Era raro ver que llevara consigo algún arma, si las cargaba era principalmente por algo casi reglamentario y siempre eran las mismas, un par de manoplas.

Tenía una gran colección de ellas, en distintos colores y tamaños. Nadie sabía con certeza si tenía un lugar especial para guardarlas o las obtenía conforme fuera su gusto o capricho.

Generalmente era hombre de pocas palabras, solo con un par de personas solía explayarse y mostrar un lado bastante profundo, gustoso de usar palabras casi poéticas, aunque casi siempre enfocadas a hablar de amor y las penas que este suele traer. Era un romántico oculto bajo una enorme cantidad de carne, o así es como sus más cercanos solían referirse con un cierto tono de gracia y a él no le molestaba, por el contrario, era casi, casi, un cumplido.

Ni él mismo estaba muy seguro de cómo había llegado a unirse a la organización, cuanto llevaba o como había alcanzado su actual estado. Podía recordar ciertas cosas muy vagamente, sabía que no era una laguna mental generada por algún accidente o suceso traumático, simplemente tenía mala memoria y en alguna parte dejó de importarle recordarlo. Sin embargo, había alguien muy cercano que siempre podía relatarle algunas partes de su vida y como paga, él podía hacer lo mismo, ya que conocía a esa persona, a veces creía, mejor que a sí mismo. Esa persona, era Hialek.

Hialek siempre se mostraba sociable y protector con la gente que le rodeaba, sin embargo, aunque parecía disfrutar enormemente con la compañía, era más frecuente encontrarlo solo y observando como los demás se relacionaban o simplemente caminando con la mirada casi perdida por estar sumergido en algún pensamiento.

Pero este no era el caso, se encontraba rodeado de gente, participando en una charla, sin sentido profundo, con gente con el tipo de esencia que le hacía utilizar ropas normales y desintegrar sus dagas.

Cuando un miembro del Shikai no tenía la necesidad de revelarse por algún estado considerado de emergencia o importancia, debía mostrarse como una persona cualquiera y no podía revelar información respecto a la organización, sus planes, habilidades o posiciones, todo era considerado restringido.

A pesar de estar distraído con la charla, Hialek, notó de inmediato la presencia de tan enorme personaje. Se disculpó con los presentes, tomó sus cosas, las echó con mucha calma en su bolso y tras una informal despedida general se dirigió hasta la puerta donde le esperaban.

- Hialek venía a… - Con un sorpresivo movimiento Hialek le silenció.

- No puedes llamarme por ese nombre y lo sabes. ¿Qué harías si alguien descubriera que Imation es tu nombre? – Le dijo luego, algo molesto.

- Pues hacerme famoso – Tras una carcajada estruendosa se puso serio – Creo que te tomas demasiado en serio las normas, relájate. Seguro que nadie escucho nada y siempre puede pasar por un error o confusión -.

Hialek sabía que tenía razón, así que cerró por un momento los ojos, respiró profundo y dejó que la calma se dejara sentir en su cuerpo. Luego emprendió rumbo hacia ningún lugar en una caminata a la cual, Imation, se integró casi inconscientemente. A Hialek parecía pesarle el bolso, o eso fue lo que Imation pensó, por lo cual en otro gesto no razonado lo tomó de las manos de Hialek y lo cargó sin dificultad alguna. Si bien era cierto que las habilidades tampoco podían ser exhibidas en lo general, Imation poseía por sí mismo una buena fuerza física.

- ¿Por qué has venido a verme? – Preguntó tras un rato, Hialek, con el mismo aspecto casi inseguro que mostraba en los discursos.

- ¿Acaso no estás contento de que venga por ti? – Respondió con una sonrisa que daba un tono algo sarcástico a su frase. Sabía que no era así y por eso no esperaba respuesta.

- Estábamos algo perdidos, comenzaba a preocuparme. Quizá estabas enojado o algo peor, pensé –

- Piensas demasiado. Por suerte eso, en tu caso, no te impide actuar. Pero seguro podrías hacer más cosas de las que haces si te relajaras más –

- No estoy para esto ahora. Ya me has reprochado por eso antes y no eres el único además –

- Será por algo, ¿no crees? Quizá deberías escuchar con mayor detención lo que dicen de ti en vez de solo escuchar cuando otros necesitan de tu ayuda. Piensa un poco en ti –

Hialek no dijo palabra alguna tras eso. Ya había escuchado eso muchas veces y le había dado muchas vueltas, había mutado ese pensamiento en cientos de dudas, en nuevas formas y actitudes. Había cambiado su personalidad y algunas costumbres basado solo en esa idea.

- No recuerdo la última vez que pudimos salir de esta forma – Dijo tras un rato, Hialek, rompiendo el silencio con un nuevo tema.

- Si no recuerdas tú, menos yo – Dijo casi de inmediato, Imation, agregando su estruendosa risa.

- Siempre que se reclutan nuevos miembros las cosas parecen calmarse –

-Entonces deberíamos hacerlo más seguido y así tomarnos una vacaciones –

El comentario no parecía hacerle gracia a Hialek que no cambiaba su seria expresión, pero eso no opacaba la constante energía que Imation transmitía ni su deseo de intentar sacar una sonrisa del rostro de su amigo. Siempre que Hialek andaba así, lo tomaba como un desafío, aunque a veces eso mismo irritaba más a su objetivo.

- En realidad no es una mala idea – Agregó, Hialek, tras un rato exponiendo una ligera sonrisa – Ojalá fuera así de fácil -.

- Sí, ojalá – Ahora era Imation quien por un instante parecía algo melancólico, pero ninguno de los dos parecía desanimado. Por el contrario, casi de inmediato ambos se miraron y sonrieron.

Así caminaron por buen rato, sin rumbo. Hialek a pesar de no mostrar gran fuerza física, tenía una muy buena resistencia y adoraba las caminatas e Imation no tenía problema en acompañarle a donde quisiera si tenía tiempo. Vagaron por horas por las calles del centro de esa enorme ciudad donde vivían. Una ciudad como cualquiera. Calles amplias con muchos vehículos y buses circulando continuamente por calles con uno que otro bache, los infaltables papeles arrojados al piso por aquellos que ignorando la cultura cívica utilizan el piso como basurero, con tiendas o edificios de diversa índole a cada lado de la calle y una suerte de plaza con paseo entre ambas pistas que se dirigían una en cada sentido.

La zona por donde caminaban tenía edificios, pero no demasiado altos, era una zona en progreso y la altura rara vez excedía los cuatro pisos. Y además en su mayoría eran comerciales u oficinas de poco renombre. Estaban, por así decirlo, en una zona de suburbios emergentes.

El cielo, que durante el día se mostraba de un color azul algo opacado por el gris típico del smog de la ciudad. Estaba teñido, casi totalmente de naranja. Estaba oscureciendo y el hambre comenzó a hacerse notar. Entonces, Hialek, pidió su bolso a Imation, este lo extendió hacia él para que pudiera sacar lo que buscaba, algo de dinero con el cual Hialek pensaba invitar a una rápida comida o más bien, comida rápida.

Se sentaron en una mesa puesta modestamente en el paseo peatonal hacia la calle e Imation entró a ordenar lo acordado. Abrió la puerta de vidrio polarizado y desapareció en el interior. Hialek aprovecho de cerrar los ojos y reclinarse ligeramente en su silla. Tras un rato abrió los ojos y miró hacia el cielo. Una ráfaga de viento relajó un poco su expresión, como si hubiese volado alguna de sus preocupaciones y, entonces, se quedó mirando casi embobado el pasar de la gente y los vehículos.

No salió de ese estado ni siquiera con un fuerte estruendo que agitó los vasos sobre las mesas e hizo vibrar los vidrios de todos los ventanales cercanos. Una combinación de voces hacía notar que había impresión respecto a algo. Imation apareció de pronto desde el local y buscó con la mirada a Hialek.

- ¿Qué ha sido eso? – Pero este no respondió ni devolvió la mirada. Entonces se acercó y le sacó del trance - ¿Qué ocurrió? –

- No lo sé, debió ser una explosión por fuga de gas o algo así. No es nuestro problema, para eso están los bomberos – Dijo reponiéndose tras un momento.

- Deberíamos ir a ver si podemos ayudar en algo –

- No es nuestro trabajo, estamos descansando y vamos a comer –

- A veces no sé si eres solidario o egoísta, eres contradictorio y eso a veces me irrita – Respondió entonces Imation, quien había perdido su sonrisa y ahora parecía molesto.

- Lo siento. Aún así, no podemos interferir demasiado en la vida de la gente, no podemos negar el curso del destino. Estamos para otras tareas y si no fuera por ellas, nada de lo que tenemos existiría realmente –

Entonces Imation se sentó junto a Hialek y golpeó con un enfadado puño la mesa. Hialek solo observó en silencio, con, quizá, demasiada frialdad. Sin embargo, entendía a Imation, le conocía y sabía que siempre estaba deseoso de ayudar.

- Pero, ya sabes. A veces aparece alguien heroico de entre la gente y comienza a realizar actos que parecen dotados de un poder divino – Agregó Hialek, arrojando una ligera y pícara sonrisa hacia Imation.

Este sonrió de vuelta, se puso de pie y comenzó a correr en dirección hacia la explosión y la enorme nube negra de humo que se elevaba hacia los cielos. Mucha gente corría en dirección contraria y gritaba con los nuevos estruendos que comenzaban a sentirse como replicas de un terremoto, pero que no parecían ser respuesta de nuevas explosiones.

Al llegar, Imation observó algo inusual. Del edificio se derramaba una buena cantidad de un espeso líquido negro que se esparcía por las calles. Ignorando la rareza de este hecho, decidió entrar al edificio a buscar por gente que pudiera estar herida o en apuros. Derribo con facilidad todas las puertas y con rapidez notó un segundo extraño hecho. Aunque había un enorme agujero en el frontis del edificio, no había señales de fuego o explosiones en ninguna habitación. Sin embargo, si se topó con objetos que parecían haber cruzado por fuertes llamas, pero que estaban fuera del rango de lo que podría explicarse como un disparo de algo o incluso algo tan disparatado como un rayo alienígena. Toda teoría era posible. O así pensaba Imation.

Tampoco encontró gente, no había nadie, ni heridos o muertos. Decidió entonces salir del edificio y buscar algún testigo. Pero cuando comenzó a bajar las escaleras, comenzó a sentirse mareado, decidió entonces bajar las escaleras de un solo salto y así lo hizo, pero el mareo se intensificó y antes de llegar a la puerta, perdió el conocimiento y comenzó a sentir que su cuerpo estaba quemándose. Entre lo que parecía una ilusión, vio como su cuerpo comenzaba a derretirse y volverse el mismo líquido negro que había visto antes de entrar. Su cuerpo estaba en parálisis y no salía siquiera voz de su garganta para gritar. Perdió el conocimiento.

Al abrir los ojos, se vio recostado en una camilla frente a una ambulancia. Hialek estaba de pie y de espaldas cerca a él, vestido con su traje personal de la organización y con sus renombradas dagas, conocidas como “dual daggers” en la parte posterior de su cintura de modo que pudiera sacarlas rápidamente en combate. El edificio estaba en ruinas y cubierto de fuego contra el cual los bomberos luchaban por apagar. Imation se sentó a gran velocidad, siempre ignoraba los conductos regulares de la medicina como el reposo y la recuperación gradual.

- ¿Qué ha pasado? –

- Resultó que sí era un trabajo para la organización – Fue todo lo que respondió – Vámonos, no hay más que hacer aquí, ya le expliqué todo a los oficiales, ellos harán el resto –

Dicho esto, Imation se puso de pie. Observó que su cuerpo estaba en perfectas condiciones, pero al ver el piso lleno de ese líquido negro, ahora diluido en litros de agua que intentaban apagar el fuego, podía saber que lo que había pasado no había sido un sueño o una ilusión.

- Hialek… -

- No es momento de hablar. Vámonos de una vez –

Entonces en una ráfaga de aire luminoso, Hialek, fue envuelto y sus ropas comenzaron a cambiar gradualmente hasta ser las de antes, cuando solo estaban caminando. Sus dagas se desvanecieron y en su lugar volvió a aparecer el bolso que antes llevaba e Imation había cargado.

En silencio volvieron hasta la mesa donde les esperaba su comida ya fría. Tendrían que ordenar otra vez. Así solía pasar.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Shikai - Capitulo introductorio

En toda historia, antes de comenzar a revelar el verdadero hilo o "destino", hay que presentar o al menos revelar a los personajes y alguna de sus tantas problemáticas.

Este primer capítulo cuenta la historia de un chico abrumado, atormentado. Pero que, sin embargo, no es amargado. No se revela quien es, ni su relación con la historia de Hialek, líder del Shikai, que ya tuvo su aparición y presentación en el prólogo (Aunque claro está que como creador de la historia ya le tengo destinado casi todo su futuro)

El capítulo es bastante poco alentador, pero cuenta la realidad de varios chicos con personalidad introvertida y tímida. Esta basado en varios hechos combinados que me han sido relatados o que yo mismo he vivido. Creo que está psicológicamente bien desarrollado, pero eso lo decidirán ustedes.

Sin más preambulo, va el relato. Espero no se amarguen al leerlo y mucho menos crean que esta es la línea que sigue la historia.


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Shikai - La visión de un futuro ~ La reunión de la muerte

Capitulo Introductorio

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Débil.

Siempre había sido débil. No era capaz de enfrentarse a sus problemas ni tampoco era capaz de huir. Simplemente se quedaba ahí ante cada uno de ellos.

Sus piernas no temblaban ni buscaba una forma de amortiguar los golpes. Solo cerraba los ojos y esperaba a que las cosas pasaran.

Incapaz de gritar, a veces exclamaba solo un susurro. Pero era más frecuente que todas las imágenes y todas las respuestas cruzaran por su mente a una gran velocidad. Tanta, que era incapaz de atraparlas o cuando menos reconocer alguna parte para formular una nueva idea que pudiera transformarse en acción.

Simplemente se veía caer una y otra vez. Sabía que el golpe venía pero nada podía hacer. Se bloqueaba. Tenía miedo de elegir.

La vida le daba pánico.

Un miedo escénico incontrolable en la única presentación inevitable, aquella donde todo el público esperaba que hiciera su papel. Y donde tendría que tener una cantidad de roles igual a la cantidad de gente que cruzara por su vida, pues sabía que para cada una tendría que cambiar un poco su propia forma de ser. Era así para todos y no creía ser la excepción.

Es por todo esto que a pesar de sentir un deseo de protección por parte de los demás, no mostraba externamente sus emociones. En vez de eso, solo mostraba una faceta amistosa, deseosa de ayudar a los demás en tantas vías como le fuese posible, alejando así al resto de los sentimientos que él debía soportar día a día y entregar, así, a otros la protección que buscaba para sí mismo. Además de dejar una imagen de fortaleza que utilizaba generosamente para apoyar a los supuestos débiles en comparación a él, alejando así a los matones u otra clase de abusadores que le acosaban..

Por ello estaba frecuentemente rodeado de gente, pero sintiéndose siempre sumido en soledad y oscuridad.

Vivía tontamente esperando que algún día alguien entendiera todo esto y le naciera protegerle. Y se volviera, inicialmente, su defensor. Hasta que al demostrar que realmente nacía de otro ese deseo, pudiera entonces cambiar su inactividad por la acción y mostrarse fuerte como siempre soñaba y hasta aparentaba.

Así las ideas seguirían volando, pero ya podría verlas. Podría moverse, pero ya no sería para huir, sino para enfrentar. Abriría los ojos para moverse por la realidad que se forjaría desde ese instante. Gritaría solo para dejar en claro que su batalla habría de comenzar y que no importaría cuántas veces cayera, volvería a levantarse con fuerzas o sin ellas.

Sentado, solo, mirando al cielo y recibiendo una exquisita ráfaga de viento, pensó en todo esto.

Una mano extendida saludaba súbitamente a los lejos en una figura familiar. Era momento de elegir.

Se levantó con cierta soltura de disimulo a ese atormentado pensamiento en su interior e intentando pararse firme comenzó a esbozar una sonrisa. Sin embargo, al ver que quien se acercaba era una de sus compañeras de clase, su mirada se nubló, comenzó a dar media vuelta para huir y así evitar una conversación, pero esta chica aceleró el paso hasta iniciar un verdadero trote hasta su lado. Y antes de que pudiera el primer paso le alcanzó.

- ¿Ya te vas? – Preguntó entonces la chica esbozando una gran sonrisa.

El chico solo negó con un silencioso movimiento de cabeza. Esta chica le gustaba, pero se consideraba loco con solo pensar en revelarle sus sentimientos. Eso también le daba pánico y es por eso que prefería simplemente dejarse atrapar y estar a su lado cada vez que se diera la oportunidad, pero sin invitarla jamás. Era siempre ella la que se acercaba y proponía algo y él solo aceptaba y gastaban todo el día juntos. La chica siempre era afectuosa y él apenas si se atrevía a tocarla. Un par de veces ella llegaba en sollozos junto a él y este era incapaz de mostrar un apoyo superior estar ahí, sentado junto a ella observando y muy rara vez juntando fuerzas y aire para decir una o dos palabras de aliento.

- Si quieres, puedes abrazarme - Le dijo uno de esos días la chica.

Entonces él se sintió realmente tonto. Se dio cuenta de que en las relaciones humanas era un desastre. Comenzó a sentir que algo le hacía falta y creía saber que era, pero cuando se decidía a emprender una búsqueda por ese algo, daba tan solo un par de pasos y se daba cuenta de que no tenía siquiera una pequeña idea de lo que estaba buscando. Estaba completamente perdido en un mundo donde la exigencia mínima es siempre avanzar.
Se acercó con una lentitud temerosa, su corazón se encontraba agitado y nervioso. Con gran esfuerzo levanto uno de sus brazos y lo cruzó por sobre el hombro de la chica. Al instante la chica se giró y entonces buscó refugio cerca del agitado pecho de él. Entonces este se giró también y sin dejarla entrar por completo a su regazo, él le puso su segundo brazo a ella y finalmente le dio un tímido abrazo. Estuvieron así mucho rato. La chica apenas si sentía un calor, pero era suficiente como para calmar su llanto. Y para él la situación era suficientemente buena para tener un recuerdo que le alegrara cuando viniera a su mente. Era simple, casi patético, pero para lo que podía normalmente alcanzar, era suficiente, incluso bastante. Cerró los ojos y grabó cada instante y sensación.

Comenzaba a anochecer, la chica finalmente se movió y entonces el chico la soltó arrojando una leve mirada directa a los ojos de la chica. Vio que esta esbozaba una pequeña sonrisa que le sirvió como respuesta para saber si ella se encontraba bien. Entonces se soltaron y pusieron de pie. La chica agradeció el apoyo, aunque él solo estaba feliz de la situación y casi había olvidado que todo había sido por apoyarla a ella hasta ese momento. Caminaron juntos de regreso, con poca charla entremedio. Era ella casi la única que hablaba, el se remitía solo a responder con monosílabos y movimientos, pero de vez en cuando sacaba una frase más elaborada. Él la fue a dejar hasta la casa de ella, donde le invitó a pasar. Era tarde, pero nadie le esperaba o reganaría en casa si llegaba tarde y tampoco era capaz de negarle a ella cualquier cosa. Así que él aceptó y tomaron un tentempié, tras un rato él decidió partir. La chica le agradeció el apoyo una vez más, ambos se pusieron de pie, caminaron hasta la puerta. La chica le besó la mejilla y él no fue realmente capaz de responder, aunque deseaba hacer eso y más. Entonces solo se miraron por un instante más y luego, él le dio la espalda y emprendió rumbo hacia el paradero por donde podría tomar un bus de vuelta a casa.

No estaba seguro de si debía sonreír por lo que había ocurrido o sentirse mal porque no había logrado dar un nuevo paso. Así era todo en su vida. Deseaba que alguien pudiera darle una respuesta, un impulso, pero sabía que esa persona no llegaría. Y si lo hacía, algo tendría que dar a cambio y no consideraba tener nada realmente valioso que dar, por el contrario, sentía que ya había perdido mucho. Decidió que entonces lo mejor era simplemente volver a casa y dejar que esos pensamientos se combinaran con el torbellino de ideas en su mente, en ese en que cada vez que quería retomar un pensamiento, este cruzaba tan rápido que era incapaz de reconocerlo y entonces se uniría a ese gran número de problemas sin resolver y promesas que alguna vez se había hecho o le había hecho a alguien más y que nunca podría recordar que había roto, hasta ser demasiado tarde. Sin quererlo siempre dañaba a alguien. Debía encontrar una forma de alcanzar esos pensamientos o al menos verlos antes de que se escaparan de sus manos. No tenía más opción y, sin embargo, no era la que quería.

Miró al cielo por un instante y se dio cuenta de que el color azul que tanto le gustaba no era el mejor para estar sobre su mundo. Definitivamente, pensaba, el cielo debía ser color negro.

martes, 1 de septiembre de 2009

Cerezo




Se acerca lentamente la primavera.

Los cerezos florecen y derraman, como lágrimas, suavemente sus pequeños pétalos sobre la tierra. Como si estuvieran previendo algo en la infinidad de parejas que comienzan a pasear por las áreas verdes de todo lugar que la ciudad pueda ofrecer.

Te subes al metro y ves como se sube toda clase de parejas y comienzan un verdadero atraco contra cualquier pared o pilar.

Digan que soy amargado, pero siempre me ha cargado la expresión tan sexual en público. Aléjense de las áreas por donde pasa mucha gente o confórmense con un besito rápido y afectuoso mientras llegan a uno. Pero es tan desagradable ver como se besan con lengua, se muerden los labios, se corren mano o similares cuando están rodeados de gente, en un pasillo o apretados en el metro o su andén. Soy abierto de mente y me da lo mismo lo que sean, el mensaje va para TODA clase de parejas. ¡Más respeto, joder!

Primavera, época del amor. Repleto de aves cantoras por la mañana. Y que molestan cuando vas recién en el segundo sueño. Los adultos comienzan a sentirse más tranquilos porque dicen que pasaron agosto y todo parece mágico cuando las flores salen, los animales dejan de hibernar, la oscura ropa invernal comienza a guardarse y aparecer la vestimenta multicolor. El solo suele brillar con tal fuerza, que uno que otro día de gotitas no tiene importancia. Los días comienzan a alargarse una vez más y todos parecen más alegres y enérgicos.

Son detalles que generan muchos cambios. Sin embargo, tiene más cosas negativas para muchos. Y es que la primavera no es la favorita de mucha gente. Algunos comentarios típicos son: Soy alérgic@ al polen, se llena todo de X (algún bicho), no sé si abrigarme o salir de manga corta e infinidad de comentarios por el estilo. Es como la época de abundancia.

Sin embargo, entre esas abundancias hay una que parece mentira, pero desde Julieta V. parece que algunos han comenzado a meditarlo más:

“Me gusta la primavera porque es una época de amor”.

Déjenme decirles, mis lectores, que tal idea es estadísticamente una mentira. Lo cierto es que la primavera es una época en donde abundan los rompimientos. Debido a demasiadas razones como para exponerlas todas, pero las más invocadas suelen ser:

En esta época todos andan con la fiebre de que hay amor fácil y, por ello, aprovechan de probar y cambiar de pareja una y otra vez.

Para los que ya están en pareja, la tentación suele volverse fuerte por lo mismo y suelen desencantarse y romper.

Otros dicen que cuando se acaba el frío, se acaban los abrazos constantes, cosa que comienza a matar la magia de la relación y rompen.

En algunos casos más severos, la gente se pone más cariñosa y ociosa cuando las vacaciones están en su mejor parte y más si hay fechas importantes involucradas, si a septiembre le restan 9 meses, obtenemos fechas cercanas al año nuevo y navidad. Y vaya que no todos son felices con esa noticia y rompen.

Y así, sumando, se obtienen muchas razones por las cuales las personas dejan de lado esos lindos momentos. Esos días de risas, esas salidas juntos, la vez que compartieron comida, las canciones que se dedicaron, los regalos que se hicieron, todo lo que intercambiaron. Y cruelmente, como desconocidos que eran, se alejan ahora con cientos de recuerdos que por alguna razón prefieren dejar en el olvido en vez de tomarlos y guardarlos. O bien, uno lo hace y el otro cae en desgracia y en cuestionamientos que seguramente jamás serán explicados. Pocos siguen hablando y logran resolver ese asunto y continuar en paz una relación de otro tipo, pero hay.

Así es el amor.

Pero, ¿para qué te preocupas? Si tienes pareja, ahora lo sabes y podrás mantener la magia o fortalecerla si ves que ya no es suficiente. Y si no la tienes, habrá muchas mentes con la ingenua idea de que esta es una época diferente y quizá alguien pueda coincidir con lo que buscas.

No todo es malo después de todo.

Lo importante es que recuerdes que:

"No todos los cerezos son color rosa"

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miércoles, 5 de agosto de 2009

Shikai - La visión de un futuro ~ La reunión de la muerte




Hace mucho que no escribo y no pesco mucho ya mis nicks en msn. Por eso fue que al abrir una sesión y leer en mi nick "Shikai", recordé que alguna vez escribí el prólogo de lo que poco a poco se convirtió en el inicio de otro de mis tantas historias sin acabar y que en este caso explica la base de la organización. Es una recopilación de ideas de los lugares en donde he usado el nombre "Hialek" y "Shikai" como mi pseudónimo y su asociación, respectivamente. La creación del nombre Hialek fue un azar y un gusto, simplemente necesitaba un nombre para mi nigromante al jugar "Diablo 2" online y elegí H y K como letras obligatorias, el resto solo fue una combinación de letras a la suerte. Y vaya que quedó bonito el nombre, ganó aceptación y fama de inmediato y tuve que comenzar a crear más nombres con el mismo método para algunos amigos. Mientras que Shikai nació de la idea de crear una organización para el elfo oscuro asesino y daguero también llamado Hialek, que tenía como objetivo "matar en pos de un bien incomprendido", necesitaba una visión rebuscada que lograra combinar la muerte con un bien y ser así aceptado por la gente como un "asesino benevolente" que sin embargo, intentaba ser tan justo, que asesinar no fuera una excusa bajo el nombre de "justicia" o "venganza". De ahí que la combinación de ideas le otorgara título a mi historia (Llegué a una forma bien extraña que no he intentado plasmar en texto o más bien, que no he logrado plasmar sin pensar en toda la historia que pienso escribir).
Esta introducción no es muy completa, ya que mi intención era y es, ir revelando la verdadera naturaleza poco a poco conforme avanza la historia. Así que... sin más preambulos, dejo de una vez el prólogo de la historia de Hialek y el Shikai.

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PRÓLOGO

Al oír su nombre, la multitud volteó para verle y luego le abrió paso hasta el puesto de mando. Hialek caminó hasta el frente de la multitud y arrimándose a una roca se alzó ante todos con mirada baja, como si temiera alzar la vista hacia quienes la dirigían hacia su endeble figura. Guardó silencio unos segundos y luego, levantando lentamente su mirada sin que el cuello de su chaqueta dejara al descubierto sus delgados y serios labios, observó en silencio, con mirada directa y penetrante, y dejó escapar una ligera sonrisa, silenciosa, que apenas si podía verse esbozada. Sacó una de sus dos manos que habían permanecido durante todo el tiempo dentro de sus bolsillos y con una ligera inclinación hacia atrás de la parte superior de su cuerpo para reunir el aire suficiente, comenzó a hablar con una voz profunda, mas no ronca ni grave. La seguridad de su voz no concordaba con sus gesticulaciones corporales. Hablaba con viva voz y con gran fuerza, pero miraba frecuentemente, de reojo, hacia los lados, como procurando que siempre hubiese una vía de escape.

- Hialek... - Dijo tras el prolongado silencio que el conocimiento de su presencia había provocado - Hialek, líder actual del Shikai... -

Shikai. Nadie necesitaba que se les explicara en qué consistía tal organización. Para aquellos con buenas intenciones era un sueño al alcance de la mano, la utopía que había dejado de serlo para convertirse en realidad. Para aquellos con sed de sangre ajena, significaba su peor pesadilla.
Siendo de los unos o los otros, la presencia de uno de los miembros traía consigo un escalofrío profundo y duradero. Un temor y un respeto.

- Ya sabrán el motivo de mi presencia... - Mientras decía esto había vuelto a ocultar la mano en su bolsillo y se había encogido ligeramente de hombros.

El objetivo del Shikai era uno solo. Y todos lo conocían. No era infundir terror, no era ser héroes o villanos. No era una búsqueda del poder, y mucho menos de...

- Fama. Eso es lo que muchos creen que buscamos. Sin embargo sé que para aquellos con una visión más analítica y certera conocen nuestro verdadero objetivo -

Hialek solía gesticular mucho con sus manos, si estas no estaban ocultas dentro de sus bolsillos. Era uno de los miembros más jóvenes, sin embargo, su habilidad en los temas que concernían al Shikai le había permitido, sin tener una personalidad agresiva, mantener un nivel de respeto por muchos envidiado.

- Nuestro objetivo es solo adiestrarlos en el arte en el cual el Shikai se ha vuelto experto... Para esto no hay limitaciones, todos, sin excepción, pueden aprender. Pero como en todo, hay condiciones... - Al decir esto sacó ambas manos de sus bolsillos - Son simples de seguir, pero muy estrictas. Aquél que no esté dispuesto a cumplirlas, que se haga un favor a sí mismo marchándose. Nosotros no castigamos, el poder por sí solo se encargará de hacer tal tarea.-

Una tensión y gran incertidumbre le hicieron compañía a la masa de susurros que siguieron a tal discurso. Incluso la ira se hizo presente en más de un rostro que comenzaba a sentirse desafiado.

- ¿Por qué tenemos que escuchar a un extraño que pasa oculto del resto del mundo como un resentido cualquiera y que además nos amenaza diciéndonos que si no hacemos lo que quiere se nos castigará? – Se pudo oír entre la gente, aunque sin poder identificar la fuente.
- Sabes cuál es la misión del Shikai y las cosas que el señor Hialek ha logrado. ¿Y aún así te atreves a hablar de ese modo? – Fue la respuesta de otro anónimo.

Disputas varias llenaron el ambiente. Hialek solo apartó la mirada de ellos y se perdió mirando hacia el cielo hasta que el griterío desapareció por completo gracias a todos los que intentaban apaciguar el ambiente. Y entonces otra voz se alzó.

- Las condiciones señor Hialek. ¿Cuáles son? -

Entonces, volviendo en sí, lentamente bajo la mirada y más serio que antes solo expresó lo que más le estaba molestando.

- Agradezco que omitan el señor... - Al decir eso se sonrío nuevamente sin emitir ruido alguno.

Tras decir esto comenzó un gran discurso que exponía las siguientes condiciones:

Condición primera: "El secreto que la organización reconocida como "Shikai" revelará no está limitada a ser usado al servicio del bien o del mal. Eso dependerá de cada individuo. Cada uno asumirá la responsabilidad de sus actos”.

Condición segunda: "El secreto que la organización reconocida como "Shikai" revelará no es de libre enseñanza. Para realizar tal acto se requiere del permiso del líder o del tutor a cargo. Esto no con el fin de formar una sociedad elitista, sino como una forma de repeler la avaricia de fama, la sed de poder, la búsqueda de reconocimiento, riquezas monetarias u otros factores que sean usados a nivel personal o comunitario. El Shikai no busca, ni buscó, el reconocimiento que se le otorga y así seguirá siendo".

- Esas son las únicas condiciones que se deben aceptar para aprender lo que el Shikai ofrece enseñarles. Si creen que tal misión sobrepasa sus capacidades o simplemente no desean cumplirlas. Les aseguro que el mejor camino está regresando por donde llegaron hasta este momento clave en sus destinos... -

Hialek guardó una de sus manos en el bolsillo, con la otra arregló la posición del cuello de su chaqueta para que le volviera a cubrir toda la boca y procedió a retirarse guardando la mano restante en su otro bolsillo al igual que una enorme cantidad de arrepentidos de su asistencia. Mas, antes de bajar de la roca frenó en seco y de espaldas, sin mirar a la multitud dijo con suficiente potencia como para ser oído:

- Los que ya han elegido han sido marcados en el alma y atados por el destino a continuar por el arduo camino que les espera. Nos reuniremos en otro momento -

Hialek ya había descendido de un solo salto desde la roca cuando un pequeño niño presente hizo la pregunta que todos querían hacer y nadie se atrevía.

- Señor. ¿Dónde nos reuniremos la próxima vez? -

Nuevamente una sonrisa silenciosa se escapó de los labios de Hialek.

- ¿Vale la pena repetirte algo que ya sabes? -
- ¿Saber? Yo no sé donde, señor, digo Hialek -
- El que no lo recuerdes, no quiere decir que no lo sepas. Todos saben cuál es el lugar, solo lo olvidan, descuida. Si realmente quieres unirte, lo sabrás sin problema no debes esforzarte, no te frustres si la respuesta no llega cuando quieres. Lo único que puedo asegurarte es que llegará y lo hará a tiempo. Hasta entonces -.

Hialek, sabiendo que todos tenían la misma duda, había contestado al mismo volumen que al decir el discurso. Luego, saco una de sus manos del bolsillo, acarició suavemente la cabeza del niño y continuó su camino guardando una vez más su mano en el bolsillo. Y sonriendo a boca descubierta y a espaldas de los demás se marchó.

sábado, 25 de julio de 2009

Como duele crecer - Adios al Eternal Kid




Cuando dije que había abandonado mi creencia en el "eternal kid" y todos los sueños que impulsó, hablaba en serio... es un sueño muerto, una búsqueda que no se repetirá...

El eternal kid fue un intento de lograr que la gente aceptara lo inaceptable. Un juvenil sueño de revolución, como la mayoría lo tiene en algún momento. Solo que mi revolución no necesitaba de gritos o de mover masas, necesitaba cambiar pensamientos y estimular corazones.
Fui una suerte de fanático religioso, un buscador potente de afecto y caricias, porque era lo que me gustaba y que sabía que a la gente le incomodaba.

Sin embargo, el proceso, las consecuencias y el resultado era exactamente el mismo en cada caso. Siempre era yo quien estimulaba, lograba mi cometido y el otro actuaba, dejaba que realizara los actos y los repitiera si quería, luego venia una distancia, culpabilidad y rechazo.

Sin embargo, a pesar de la incomodidad que generaba tanto para mí, aunque sin duda más para el otro, dejaba pasar un tiempo y luego trataba el tema. Y de alguna forma siempre terminaba siendo el culpable o el que supuestamente estaba más afectado.
Cada uno de los que se justificó, intentaba disculparse y me daba explicaciones aludiendo siempre a "pero contigo no importa", "pero tu eres diferente", "pero contigo es otra historia". Como si realmente fuera algo malo, como si tuvieran que justificarse conmigo. Y cuando les decía que para mi no era extraño, que para mí era normal, un buen recuerdo, de alguna forma se molestaban y decían "pero sé que no hay malas intenciones" o "sé que no es malo"... más justificaciones y más excusas.
Mis intentos de aliviar las tensiones y quitar el nerviosismo se transformaban en algo aún más inútil y a la larga, lograba explicar toda la situación, pero nunca lograba entender el problema de los demás.

Me consideraba inocente, consideraba inocente al acto e inocente mi pensar.
Mi inocencia en ese aspecto realmente no está corrompida. (Para que se entienda cuando bromeaba diciendo "quieres corromper mi inocencia?").

Intenté por años explicar que es lo que estaba mal con mi sueño... y me di cuenta de que no había nada, mi sueño era perfecto, maravilloso, ideal... un sueño.
Me di cuenta de que la incomodidad viene de la corrupción de las mentes de los demás, del miedo corrompido al "que diran", "que pensaran".
Me di cuenta de que el problema viene de la sociedad... que expone el sexo como cualquier cosa, pero mientras no toque a su familia y que, también, es completamente homofobica, tanto, que no aceptan ni siquiera lo que NO ES, PERO PARECE homosexual.
El problema es la sociedad... mi lucha, como cualquier revolución, era en contra de la sociedad y el rechazo.

Mi lucha no fue un desastre o una aplastante derrota. Tuve un fuerte impacto, llegué profundo en muchísima gente. Marqué muchas vidas y cruce muchos caminos que no tenía destinados de otra forma.
Logré vencer muchos rechazos, logré que gente se mantuviera junto a mí por años a pesar de mis actos. Y concretar lazos amistosos tan potentes, que cruzan la linea que divide mi vida y se mantienen igual o más poderosas que al inicio, que hoy están más alto que en cualquier otro momento.
Solo en un caso el rechazo fue más fuerte que el aprecio y es la historia que tuvo su termino por coincidir con el paso a mi adultez. Es la historia que me hizo decidir que ya había experimentado suficiente con el sueño que era el eternal kid.

Todos los recuerdos y todas las situaciones que conseguí gracias a ese niño eterno, hoy no pueden ser más que eso.
Si menciono las situaciones, las personas se sienten incomodas y se alejan, por alguna razón se sienten casi arrepentidas de haber vivido un sueño, de haber sido capaces de iniciar un sueño. Mi objetivo y mi acto siempre fue impulsor, nunca sometí, nunca obligué... solo fui como quise ser (la frase fundamental del eternal kid: "seré como quiera ser"). Expresé mi cariño por todos, no diferencié edad, sexo, procedencia, status, nada. Abracé, besé y acaricie siempre con intención limpia.

Me trajo críticas, apodos, peleas, enemistades, decepciones, sufrimiento. Pero también me dio por mucho tiempo una razón de existencia y una enorme felicidad. Se convirtió en mi reemplazo a todo, incluso al amor de pareja, el cual era muy dificil de sentir y/o diferenciar, ya que lo que yo buscaba sentir con todos era franco amor, con lo que cualquier cosa sexual estaba de lado para mí.

Pero ya me cansé de repetir la misma historia y el mismo fracaso. Ya estaba cansado antes de hacer un último intento que resultó ser el más doloroso, frustrante y decepcionante de todos.

Mi historia continúa, pero ya no puedo ser el eternal kid... debo comenzar con lo que aplacé, ser un joven y adulto que solo intenta compatibilizar sus sueños en la realidad que le tocó vivir, aunque esta sea un duro y doloroso golpe para cada uno de sus sueños...

Así es la vida...

domingo, 22 de marzo de 2009

Enseñanzas de Soul Eater

Más Soul Eater… ya solo restan 3 capítulos antes del final. Y como todo lo que veo o hago, me he dedicado a extraer algo que pueda aprender y/o emplear.

Hoy veo que soy un guerrero, uno de los fuertes... pero aún mortal. Sin embargo aspiro, como Black Star, a superar a los dioses. Y aunque se vea derrotado, de alguna forma encuentra la forma de continuar. Aunque a veces pierda la cordura, dude, al final igualmente se levanta para continuar.

No le gusta pedir ayuda, pero aún así aprendió a hacerlo cuando se dio cuenta de que actuar así era egoísta y no le traía beneficio alguno.

Por otra parte de la serie pude desarrollar de otra forma los lazos individuales y diferenciarlos de los grupales. Todos sabemos que podemos divertirnos con uno o varios amigos. E innatamente también sabemos que lo que hablaremos en grupo jamás será lo mismo que se hable con cada uno, porque no le cuentas a todo un grupo lo que eres capaz de contarle a uno en quien confías más. Es feo clasificar las amistades, pero es inevitable que haya diferencias entre ellos. Siempre hay unos que son más importantes. En la serie, como explique una vez, hablan de resonancia de alma (conexión entre dos) y resonancia en cadena (grupal).

Hablan también sobre la incapacidad de concentrarse en los propios pensamientos, en los deseos internos, por culpa de las obsesiones y la desesperación que hacen que perdamos el buen juicio y el camino siendo cegados de los caminos hacia lo que queremos (como le ocurrió a Einstein). Un ruido que se interpone en la musicalidad de nuestro actuar y nos impide a dar respuestas. Lo expresan como el dejar que “la locura” se apodere de nosotros.

Y esta se ve potenciada con un sentimiento de duda y vacío que proviene de “la sangre negra”. Una maldición que se mete en el ama y acelera el proceso de locura. ¿Cómo no? Si es lo mismo que nos hace a nosotros volvernos locos... duda y vacío... incomunicación e inconstancia... abandono presencial y abandono emocional.

Y por tratar el problema, claramente también hablan de soluciones. Desarrollan a los personajes y sus historias, explican sus trancas, sus trabas, sus ataduras. Y muestran como igualmente avanzan y logran superarse.

Ese ejemplo me ayudo también a continuar, me ayudó a entender que no importa que se me interponga, lograré sobrepasar a los dioses y proteger a mis amigos y quienes quiero sin considerar más el costo. Porque seré tan “rico”, que dar será lo más grato que podré hacer.

Cuando así ocurra, entonces la duda se disolverá, el vacío se dispersará y solo tendré ante mí lo que he logrado cosechar de lo que hace tanto planté y por tanto cultivé.

Mis dagas son un arma, que no tienen por qué matar. Son un arma rápida, certera y eficaz. Que pueden ser aplicadas ambas a la ofensiva o defensiva, o incluso dividir sus actividades, una para ofensa y otra para defensa.

La idea de las dagas es solo una metáfora para la dualidad que he logrado obtener. No necesito un escudo (bloqueo emocional, silencios, abstracciones de la realidad) para defenderme, tampoco tengo que centrarme en el arma (deshacerse o escapar de los enemigos, actitudes físicas agresivas, ataques emocionales...). No quiere decir que no me descontrole y los use, pero si lo hago procuro usar ambas partes.

Antes usaba armadura para intentar bloquear algo los ataques (me cerraba en las respuestas, mantenía solo para mí los problemas aunque mis amigos me pidieran explicaciones, evitaba toda abertura o posibilidad de ser atacado por desde otras personas o situaciones), sin embargo con el tiempo comprendí que sin la armadura me muevo mucho más rápido (abrirse y generar confianza entre los amigos hace que actúen como tus aliados defendiéndote y luchan contigo y/o para ti).

Sin embargo, para moverse rápido y soportar la carga de llevar dos armas, concentrarse en atacar y defender a la vez. Y tener el valor de andar sin armadura y un actuar noble y veloz que permita crear confianzas, tenerlas de uno hacia los otros y poder mover masas de aliados en cuanto a un propósito. Es un proceso que requiere de gran entrenamiento y fuerza (De mucho tiempo, entendimiento y dedicación con uno y los otros. Una buena relación interpersonal e intrapersonal).

Cuando ofrezco mis dagas a servicio de otros, lo que ofrezco es ese poder a su servicio, o esos conocimientos para ayudarles a avanzar en los suyos y averiguar cuál es su propio estilo y su arma predilecta. Es un entrenamiento de combate.

Una forma de ayudarles a moverse, localizar y eliminas sus trancas, darles una posibilidad de abertura voluntaria (no puede obligarse a ello) que es lo más básico e innato en cualquier relación. Una persona que no puede abrirse, estancará sus relaciones en un cierto punto en vez de continuar el avance hacia lo inmortal, hacia los dioses.

¡Claro que no soy perfecto! No hay duda de que estoy aún muy lejos de sobrepasar a los dioses. No hay duda de que puedo equivocarme, ser consumido por la locura, contaminarme con la sangre negra, me tiente a utilizar armadura y cambiar mis dagas por otras armas que no son mi especialidad (como armas de distancia que se enfocan, en términos reales, a la manipulación. Hacer daño sin acercarse al objetivo).

Pero si hay algo que puedo asegurar. Mientras el soporte sea mutuo y la confianza sea mutua. Mientras haya reciprocidad. Lucharé contra lo que sea que se presente en pos de mantener, reforzar y cultivar los lazos creados. En crear la RESONANCIA DE ALMAS más poderosa que pueda verse jamás.

TAMASHI NO KYOME!

(Imagen creada por Juan Carlos)

Muéstrame que esta resonancia de almas realmente funcionará.
Que esta vez será posible porque en ambos ya paz e interés.
En ambos hay reciprocidad y eso lo conservará.
Que esta oportunidad lo valdrá.

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martes, 3 de marzo de 2009

Abstracción de la realidad

Una metáfora enfermiza (y quizá algo esquizofrénica y paranoica) de lo que es la vida social y la vida en sí.

Un retrato muy abstracto de como veo ciertas cosas y que quizá no muchos (o nadie) pueda interpretar en totalidad.

Como toda expresión artística seguramente tendrá admiradores y retractores. Pero quien crea solo exhibe.

Espero lo disfruten en alguna forma, aunque sea bizarra, y dejen su comentario.

PD: Descuiden, no estoy loco aún, solo me gusta aparentarlo de vez en cuando, jaja.

Saludos para todos los que pasen por akí y espero hayan tenido o tengan un buen comienzo de año académico.

Kisses & Hugs 4 everyone!

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Sospecho del pasado, me pregunto si en tanta niebla se oculta realmente una ciudad.

Abri los ojos y aún así no vi nada, porque todo estaba sumido es oscuridad.

Una chispa de gloria y la ilusión como guía fueron suficientes para enterarme que ante mí solo había una ruina.

Sentado bajo el arco que fue antes una puerta me apoyé y reí incansablemente con lágrimas en los ojos.

Estaba dentro, de eso estaba seguro, pero ¿dentro de que? Si no había nada.

Un ser luminoso se presente ante mí y me revienta la cara de un golpe

Me quedo mirando al suelo, adolorido, sobre un charco rojizo.

Escucho un canto a lo lejos, dice mi nombre, pero no quiero seguirlo.

Me acurruco sobre la tierra y me dejo ir, me duermo por mucho tiempo.

Despierto y todo está igual, más destruido quizá.

Tanto tiempo en la oscuridad había consumido mi propia forma.

Estaba deshidratado, en huesos, mi vestimenta desgarrada, sucia. Era un desastre.

Me puse de pie, decidido a encontrar una salida, pero caminé sin rumbo.

Finalmente me rendí, me acomodé donde pude, encerrado en mi propio círculo de piedras espere la daga que tomara mi existencia y la reemplazara por huesos y olvido.

Varios seres luminosos violaron mi espacio y me azotaron, reí con cada golpe, me desquicie y pedí más.

Todo me dolía y me ahogaba en sanguinolenta risa, lo disfrutaba hasta quedar inconciente.

Al despertar los seres seguían ahí, vigilaban mi cuerpo masacrado y al abrir los ojos todos me amenazaron.

Abrí los ojos, no me golpeaban porque me odiaran, lo hacían porque se preocupaban de que no me diera cuenta de que estaba vivo.

El dolor me recordaba que no que estaba vivo, sino que vivía para recibirlo, porque de mis caídas debía aprender a ponerme de pie y seguir.

Me levanté con el crujir de todos mis huesos, escupiendo sangre, sintiendo como borboteaban mis músculos al desgarrarse.

La niebla no despejó en lo absoluto con cada cojo paso que daba y los seres de luz se quedaban a mis espaldas mostrandome lo que habia avanzado en vez de ir adelante mostrandome el camino.

Lo entendía, no podían guiarme, pero si acompañarme y ayudarme a ver el pasado y comprenderlo.

Con el tiempo mis pasos fueron mejorando y los seres de luz dejaron de mantenerse alejados, ahora me cubrían con su luz y me permitían sentir su calor.

Me tocaban y me mostraban otra forma de darme cuenta de que estaba vivo.

Me habían dado un propósito simple: Caminar, aunque doliera, aunque significara destruir por completo mi cuerpo.

Estaba aquí para atravesar la niebla y las ruinas, mejorarlas de ser posible.

Dedicaba mis pasos a construir lo que pudiera y avanzar. Dejar señales y avanzar. Aprender y avanzar.

A veces algunos de los seres de luz se iban, pero otros aparecían en su lugar.

Otras veces lo hacían todos y caminaba por mucho tiempo a ciegas.

Sé que muchas veces erré el camino, otras veces vagué en círculos, completamente cegado y otras incluso volví sobre mis pasos y hasta me tropecé muchas veces con los mismos obstáculos.

Otras veces preferí no avanzar por miedo a perderme demasiado, a no comprender lo que había avanzado. Pero entonces comenzaban a aparecer los seres de luz y a azotarme una vez más. Realmente me querían.

Quisiera yo convertime en un ser de luz.

Sin duda azotaría a ese estúpido que se detiene.

¿Tienes alguna duda de que te quiere?

Desperté entonces acostado, sobre tierra, completamente mojado.

Todo rojo a mi lado. Un dolor punzante. Una daga asomada desde mi pecho. La tomé y saqué de ahí, un chorro sanguinolento cubrió el cielo, me di vuelta aún sangrante, todo un desastre.

Me puse de pie y cubrí la fisura con mi mano. Caminé hacia ningún lado.

Estaba feliz, ya no había niebla o ruinas. Solo verdes prados y colinas.

Todo estaba dispuesto para construir una nueva forma de vivir.

Los seres de luz no volvieron, incluso cuando me puse a descansar. Solo algunos seres con los que tuve muchas oportunidades de conversar. Me ayudaban a construir y nos reíamos al caminar.

Aunque de vez en cuando me miraban feo e igualmente me pateaban y yo los dejaba.

Y yo también podía! A veces lo hacía, cuando hacerlo creí que debía.

No había duda, los quería y me querían.

Esto tenía que ser algo así como el cielo, porque definitivamente arriba de mí solo estaba el suelo.


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lunes, 16 de febrero de 2009

La personalidad en acción es "persona"




“I’ll be okay now, mom. Goodbye…” – Ken Amada.

Bendito juego! No puedo maldecirlo por su grandeza. Tanto tiempo sin toparme con un RPG que me atrapara lo suficiente como para completar y pasar las 70hrs de juego (Y eso que aún no lo termino). Que me cautivara tanto con sus personajes y sus historias. Y que tratara tan bien esa etapa, donde ocurre lo inevitable: No importa cuán fuerte seamos, no importa lo que hagamos, cuanto gritemos o corramos, la muerte es parte de la guerra. Y la vida es la mayor de ellas.

Algunos corren con mejor suerte que otros, detalles que en algún momento se invertirán. No hacer nada para que no pase nada, es igualmente un sufrimiento enorme. No buscar dañar, no querer olvidar, no disculparse, no hablar, aislarse, etc. Todas son formas de vida. Cada uno elige la suya, su propio camino y con ello obtendrá los respectivos beneficios y desgracias.
Una vida es solo un simple soplido del viento, pero podemos ver las cosas de una manera distinta, aprovechar esa energía para impulsar nuestro camino y vernos encarando una vez más al sol. ¿Quién sabe? y ¿Qué importa además? Igual hay que caminar, aunque sea en la oscuridad.
Lo único cierto, es que solos... no hay sentido para vivir. Incluso los que terminan aislándose, lo hacen a causa de los demás, aunque sea porque le molesten! Todos estamos, inevitablemente conectados... y he ahí la magia de las relaciones... decidimos que aquellos con los que nos relacionamos ejerzan cierto control y cambios en nosotros y nuestras personalidades. Y a su vez, nos dejan a nosotros hacerlo. Por ello, no comunicarse, no confiar, no ser leales, no ser fieles y no ser puros, dentro de las posibilidades, no muestra más que un escape, tanto de los otros como de uno mismo y lo que involucramos. No actuar es igual que no estar vivo, salvo que ya hayas formado relaciones previas, entonces, afectarás al resto y ellos a ti, aunque decidas sellar tus emociones. Y es más! Incluso si no deseas que así ocurra.

“Es inevitable, porque la conexión es inevitable”.

Destruir relaciones no es tan difícil como parece, basta un conflicto sin arreglar o una voluntad destructiva, destruir las conexiones que estas involucran es, en cambio, es increíblemente difícil. Y destruir la conexión vital es imposible.

Filosofaba, hace mucho, sobre las leyes y la libertad, con un amigo de la universidad, Pap. Terminamos de acuerdo en que las leyes y el poder se basan en un bloqueo de la libertad total de las personas. Puesto que al ser libres, pueden pasar a llevar la libertad de otros. Me explico:
Dijimos, ¿qué pasa si quiero dañar a alguien que quieras?, soy libre de hacerlo, ¿no? Sin embargo, ¿Qué pasa si tú no quieres que le dañen? Pues violo tu libertad. Si ambos tenemos la razón, por ambos ser libres, ¿cómo se rompe esta disyuntiva? Concluimos en que sSe optó en algún momento por darle la razón a la mayoría y de ello, nació la moralidad, la ética y con ello las leyes.

Es a partir de tales concepciones en que explicamos, los humanos, de manera razonada, esta “conexión vital”.

La filosofía lo explico mediante la moral, la ética y la ley. Pero lo cierto es que no necesitamos nada para afectar al otros, eso es solo una manera de restringir las acciones y, es cierto, nos quita libertad, pero para vivir según nuestra acostumbrada concepción del “bien y el mal”, necesitamos razonar y explicar cosas. Encontrar razones.
La vida no avanza con el cerebro, eso está claro. La razón no sirve para explicar nada, pues no podemos asegurar lo que vivimos o de que exista algo. ¿Entonces para qué hacemos todos esos procesos? Pues... es solo para sentirnos más seguros analizando posibilidades y consecuencias, como acto previo a arrojarnos a la acción y así dejar libres a los impulsos, quienes harán el trabajo.
Es decir, es solo en el momento en que nos dejamos llevar por la vida, en vez de pensar, en el momento en el que “morimos”, el único momento donde podemos obtener el poder para hacer las cosas. Pero si antes no vivimos... jamás podríamos entender que no hay que entender nada o que es “morir” y “perder”.

“Solo muriendo somos capaces de expulsar nuestro poder” – Persona 3.

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Persona: Personalidad materializada en acción.



Ken: Niño emocionalmente maduro que pierde a su madre. (El rollo y lo emotivo de su historia, la cual, admito, me hizo llorar (como no ocurría desde hace muchos juegos), no puede ser resumida, solo digamos que esa frase la dijo al darse cuenta de cómo continuar su vida sin su mamá y sin el deseo de venganza al reencontrarse con el culpable, Shinjiro, quien había decidido protegerlo secretamente quien es igualmente asesinado. Una historia común que toma curso inesperado)... pero me llegó profundo. Y claro, inevitablemente también me recuerda algunas cosas.

Para los que algunas vez lo jueguen, lo recomiendo mucho, es un juego de PS2 y esta historia, la de ken (Independiente de que involucre a todos los personajes), tiene su clímax en los días de octubre in-game).

------------ COMENTARIO ADICIONAL ----------------

Un indicio de filosofía. Tras mi muerte, comienzo a expulsar un nuevo poder, a mostrar una nueva "persona".

Laprimera imagen representa a "la hora oscura" (dark hour), parte fundamental de la trama.

Dice la historia que cada día tiene más de 24 horas, solo que tras esas 24 primeras, los humanos son encerrados en ataudes donde sus personalidades serán resguardadas para renacer al día siguiente. Sin embargo, algo ocurre y los altera y hace que al amanecer algunos tengan el "síndrome de la apatía" que es a la larga, la pérdida de la "persona" y con ello, la incapacidad de volverla acción, por lo que se quedan mirando el vacío, sin decir nada más que balbuceos.

O, al menos, así es como interpreté esa parte del juego.

Recomendado totalmente!


-------------EXTRAS-----------------

Y ya que estamos, una traducción y otros extras

Persona 3 - When The Moon’s Reaching Stars (Cuando la luna está alcanzando estrellas)
Traducción: Gera (Kid)


Nunca he parecido tan miserable
Nunca he tenido ganas de pensar en que esto durará por siempre
Nena, quédate conmigo...
Debes decirme que tu amor vendrá todo sobre mí,

Cuando las estrellas le están sonriendo a la luna
Cuando tiempo durará
Solo marcando tu número, fallando al presionar
con último rezo en el corazón
La luz está alcanzando a las estrellas
Si me abrazas fuerte
Sintiendo los latidos del corazón tan cerca
Durará mucho tiempo esto?

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PD: Hay dos temas en el playlist al final de la página.

Y la intro para quien le interese. Tiene muchas frases filosoficas de fondo:

http://www.youtube.com/watch?v=tzHpCOPsVbo

------------- LYRIC -------------

Burn my dread (Quemar mi temor)

Dreamless dorm, ticking clock
I walk away from the soundless room
Windless night, moonlight melts
My ghostly shadow to the lukewarm gloom
Nightly dance of bleeding swords
Reminds me that I still live

I will~
Burn my dread
I once ran away from the god of fear
And he chained me to despair

Burn my dread
I'll break the chain
And run till I see the sunlight again

I'll lift my face and run to the sunlight~

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