lunes, 7 de septiembre de 2009

Shikai - Capítulo 1

Este capítulo introduce a otro personaje, Imation, del cual si se cuenta la relación con Hialek y se dan algunos detalles personales entre ambos, pero no se menciona su posición en la organización. Se desarrolla un poco más la personalidad de Hialek y se muestra el aporte que Imation hace a ese aspecto. Además pone sobre la mesa algunos aspectos del Shikai y su forma de operar. Y también el enfoque y sucesos sobre los cuales trabaja.

Es una revelación parcial.

Sin más preámbulo, la primera versión del primer capítulo (Todo es modificable, pero esta es la primera versión definitiva)

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Casi no importaba la distancia que tuviera que cruzar, ni los obstáculos que se le fueran presentando. Su fornido cuerpo y gran altura le permitía abrirse paso ante todo, excepto la gente, pero esta intimidada le abría el paso sin queja alguna. Su mirada severa no era reflejo de su benevolente actuar. Era algo impulsivo en sus acciones y por eso muchas veces terminaba destruyendo la mitad de las cosas a su paso e incluso parte de sus sueños, pero siempre llegaba a la meta o al objetivo que se imponía.

Su cabellera era su orgullo, no tenía realmente algo que la hiciera especial, pero solía hacerse varias trenzas y unirlas con una más larga que todas las demás a modo de cinta. Y luego estaba su gran fuerza. Era raro ver que llevara consigo algún arma, si las cargaba era principalmente por algo casi reglamentario y siempre eran las mismas, un par de manoplas.

Tenía una gran colección de ellas, en distintos colores y tamaños. Nadie sabía con certeza si tenía un lugar especial para guardarlas o las obtenía conforme fuera su gusto o capricho.

Generalmente era hombre de pocas palabras, solo con un par de personas solía explayarse y mostrar un lado bastante profundo, gustoso de usar palabras casi poéticas, aunque casi siempre enfocadas a hablar de amor y las penas que este suele traer. Era un romántico oculto bajo una enorme cantidad de carne, o así es como sus más cercanos solían referirse con un cierto tono de gracia y a él no le molestaba, por el contrario, era casi, casi, un cumplido.

Ni él mismo estaba muy seguro de cómo había llegado a unirse a la organización, cuanto llevaba o como había alcanzado su actual estado. Podía recordar ciertas cosas muy vagamente, sabía que no era una laguna mental generada por algún accidente o suceso traumático, simplemente tenía mala memoria y en alguna parte dejó de importarle recordarlo. Sin embargo, había alguien muy cercano que siempre podía relatarle algunas partes de su vida y como paga, él podía hacer lo mismo, ya que conocía a esa persona, a veces creía, mejor que a sí mismo. Esa persona, era Hialek.

Hialek siempre se mostraba sociable y protector con la gente que le rodeaba, sin embargo, aunque parecía disfrutar enormemente con la compañía, era más frecuente encontrarlo solo y observando como los demás se relacionaban o simplemente caminando con la mirada casi perdida por estar sumergido en algún pensamiento.

Pero este no era el caso, se encontraba rodeado de gente, participando en una charla, sin sentido profundo, con gente con el tipo de esencia que le hacía utilizar ropas normales y desintegrar sus dagas.

Cuando un miembro del Shikai no tenía la necesidad de revelarse por algún estado considerado de emergencia o importancia, debía mostrarse como una persona cualquiera y no podía revelar información respecto a la organización, sus planes, habilidades o posiciones, todo era considerado restringido.

A pesar de estar distraído con la charla, Hialek, notó de inmediato la presencia de tan enorme personaje. Se disculpó con los presentes, tomó sus cosas, las echó con mucha calma en su bolso y tras una informal despedida general se dirigió hasta la puerta donde le esperaban.

- Hialek venía a… - Con un sorpresivo movimiento Hialek le silenció.

- No puedes llamarme por ese nombre y lo sabes. ¿Qué harías si alguien descubriera que Imation es tu nombre? – Le dijo luego, algo molesto.

- Pues hacerme famoso – Tras una carcajada estruendosa se puso serio – Creo que te tomas demasiado en serio las normas, relájate. Seguro que nadie escucho nada y siempre puede pasar por un error o confusión -.

Hialek sabía que tenía razón, así que cerró por un momento los ojos, respiró profundo y dejó que la calma se dejara sentir en su cuerpo. Luego emprendió rumbo hacia ningún lugar en una caminata a la cual, Imation, se integró casi inconscientemente. A Hialek parecía pesarle el bolso, o eso fue lo que Imation pensó, por lo cual en otro gesto no razonado lo tomó de las manos de Hialek y lo cargó sin dificultad alguna. Si bien era cierto que las habilidades tampoco podían ser exhibidas en lo general, Imation poseía por sí mismo una buena fuerza física.

- ¿Por qué has venido a verme? – Preguntó tras un rato, Hialek, con el mismo aspecto casi inseguro que mostraba en los discursos.

- ¿Acaso no estás contento de que venga por ti? – Respondió con una sonrisa que daba un tono algo sarcástico a su frase. Sabía que no era así y por eso no esperaba respuesta.

- Estábamos algo perdidos, comenzaba a preocuparme. Quizá estabas enojado o algo peor, pensé –

- Piensas demasiado. Por suerte eso, en tu caso, no te impide actuar. Pero seguro podrías hacer más cosas de las que haces si te relajaras más –

- No estoy para esto ahora. Ya me has reprochado por eso antes y no eres el único además –

- Será por algo, ¿no crees? Quizá deberías escuchar con mayor detención lo que dicen de ti en vez de solo escuchar cuando otros necesitan de tu ayuda. Piensa un poco en ti –

Hialek no dijo palabra alguna tras eso. Ya había escuchado eso muchas veces y le había dado muchas vueltas, había mutado ese pensamiento en cientos de dudas, en nuevas formas y actitudes. Había cambiado su personalidad y algunas costumbres basado solo en esa idea.

- No recuerdo la última vez que pudimos salir de esta forma – Dijo tras un rato, Hialek, rompiendo el silencio con un nuevo tema.

- Si no recuerdas tú, menos yo – Dijo casi de inmediato, Imation, agregando su estruendosa risa.

- Siempre que se reclutan nuevos miembros las cosas parecen calmarse –

-Entonces deberíamos hacerlo más seguido y así tomarnos una vacaciones –

El comentario no parecía hacerle gracia a Hialek que no cambiaba su seria expresión, pero eso no opacaba la constante energía que Imation transmitía ni su deseo de intentar sacar una sonrisa del rostro de su amigo. Siempre que Hialek andaba así, lo tomaba como un desafío, aunque a veces eso mismo irritaba más a su objetivo.

- En realidad no es una mala idea – Agregó, Hialek, tras un rato exponiendo una ligera sonrisa – Ojalá fuera así de fácil -.

- Sí, ojalá – Ahora era Imation quien por un instante parecía algo melancólico, pero ninguno de los dos parecía desanimado. Por el contrario, casi de inmediato ambos se miraron y sonrieron.

Así caminaron por buen rato, sin rumbo. Hialek a pesar de no mostrar gran fuerza física, tenía una muy buena resistencia y adoraba las caminatas e Imation no tenía problema en acompañarle a donde quisiera si tenía tiempo. Vagaron por horas por las calles del centro de esa enorme ciudad donde vivían. Una ciudad como cualquiera. Calles amplias con muchos vehículos y buses circulando continuamente por calles con uno que otro bache, los infaltables papeles arrojados al piso por aquellos que ignorando la cultura cívica utilizan el piso como basurero, con tiendas o edificios de diversa índole a cada lado de la calle y una suerte de plaza con paseo entre ambas pistas que se dirigían una en cada sentido.

La zona por donde caminaban tenía edificios, pero no demasiado altos, era una zona en progreso y la altura rara vez excedía los cuatro pisos. Y además en su mayoría eran comerciales u oficinas de poco renombre. Estaban, por así decirlo, en una zona de suburbios emergentes.

El cielo, que durante el día se mostraba de un color azul algo opacado por el gris típico del smog de la ciudad. Estaba teñido, casi totalmente de naranja. Estaba oscureciendo y el hambre comenzó a hacerse notar. Entonces, Hialek, pidió su bolso a Imation, este lo extendió hacia él para que pudiera sacar lo que buscaba, algo de dinero con el cual Hialek pensaba invitar a una rápida comida o más bien, comida rápida.

Se sentaron en una mesa puesta modestamente en el paseo peatonal hacia la calle e Imation entró a ordenar lo acordado. Abrió la puerta de vidrio polarizado y desapareció en el interior. Hialek aprovecho de cerrar los ojos y reclinarse ligeramente en su silla. Tras un rato abrió los ojos y miró hacia el cielo. Una ráfaga de viento relajó un poco su expresión, como si hubiese volado alguna de sus preocupaciones y, entonces, se quedó mirando casi embobado el pasar de la gente y los vehículos.

No salió de ese estado ni siquiera con un fuerte estruendo que agitó los vasos sobre las mesas e hizo vibrar los vidrios de todos los ventanales cercanos. Una combinación de voces hacía notar que había impresión respecto a algo. Imation apareció de pronto desde el local y buscó con la mirada a Hialek.

- ¿Qué ha sido eso? – Pero este no respondió ni devolvió la mirada. Entonces se acercó y le sacó del trance - ¿Qué ocurrió? –

- No lo sé, debió ser una explosión por fuga de gas o algo así. No es nuestro problema, para eso están los bomberos – Dijo reponiéndose tras un momento.

- Deberíamos ir a ver si podemos ayudar en algo –

- No es nuestro trabajo, estamos descansando y vamos a comer –

- A veces no sé si eres solidario o egoísta, eres contradictorio y eso a veces me irrita – Respondió entonces Imation, quien había perdido su sonrisa y ahora parecía molesto.

- Lo siento. Aún así, no podemos interferir demasiado en la vida de la gente, no podemos negar el curso del destino. Estamos para otras tareas y si no fuera por ellas, nada de lo que tenemos existiría realmente –

Entonces Imation se sentó junto a Hialek y golpeó con un enfadado puño la mesa. Hialek solo observó en silencio, con, quizá, demasiada frialdad. Sin embargo, entendía a Imation, le conocía y sabía que siempre estaba deseoso de ayudar.

- Pero, ya sabes. A veces aparece alguien heroico de entre la gente y comienza a realizar actos que parecen dotados de un poder divino – Agregó Hialek, arrojando una ligera y pícara sonrisa hacia Imation.

Este sonrió de vuelta, se puso de pie y comenzó a correr en dirección hacia la explosión y la enorme nube negra de humo que se elevaba hacia los cielos. Mucha gente corría en dirección contraria y gritaba con los nuevos estruendos que comenzaban a sentirse como replicas de un terremoto, pero que no parecían ser respuesta de nuevas explosiones.

Al llegar, Imation observó algo inusual. Del edificio se derramaba una buena cantidad de un espeso líquido negro que se esparcía por las calles. Ignorando la rareza de este hecho, decidió entrar al edificio a buscar por gente que pudiera estar herida o en apuros. Derribo con facilidad todas las puertas y con rapidez notó un segundo extraño hecho. Aunque había un enorme agujero en el frontis del edificio, no había señales de fuego o explosiones en ninguna habitación. Sin embargo, si se topó con objetos que parecían haber cruzado por fuertes llamas, pero que estaban fuera del rango de lo que podría explicarse como un disparo de algo o incluso algo tan disparatado como un rayo alienígena. Toda teoría era posible. O así pensaba Imation.

Tampoco encontró gente, no había nadie, ni heridos o muertos. Decidió entonces salir del edificio y buscar algún testigo. Pero cuando comenzó a bajar las escaleras, comenzó a sentirse mareado, decidió entonces bajar las escaleras de un solo salto y así lo hizo, pero el mareo se intensificó y antes de llegar a la puerta, perdió el conocimiento y comenzó a sentir que su cuerpo estaba quemándose. Entre lo que parecía una ilusión, vio como su cuerpo comenzaba a derretirse y volverse el mismo líquido negro que había visto antes de entrar. Su cuerpo estaba en parálisis y no salía siquiera voz de su garganta para gritar. Perdió el conocimiento.

Al abrir los ojos, se vio recostado en una camilla frente a una ambulancia. Hialek estaba de pie y de espaldas cerca a él, vestido con su traje personal de la organización y con sus renombradas dagas, conocidas como “dual daggers” en la parte posterior de su cintura de modo que pudiera sacarlas rápidamente en combate. El edificio estaba en ruinas y cubierto de fuego contra el cual los bomberos luchaban por apagar. Imation se sentó a gran velocidad, siempre ignoraba los conductos regulares de la medicina como el reposo y la recuperación gradual.

- ¿Qué ha pasado? –

- Resultó que sí era un trabajo para la organización – Fue todo lo que respondió – Vámonos, no hay más que hacer aquí, ya le expliqué todo a los oficiales, ellos harán el resto –

Dicho esto, Imation se puso de pie. Observó que su cuerpo estaba en perfectas condiciones, pero al ver el piso lleno de ese líquido negro, ahora diluido en litros de agua que intentaban apagar el fuego, podía saber que lo que había pasado no había sido un sueño o una ilusión.

- Hialek… -

- No es momento de hablar. Vámonos de una vez –

Entonces en una ráfaga de aire luminoso, Hialek, fue envuelto y sus ropas comenzaron a cambiar gradualmente hasta ser las de antes, cuando solo estaban caminando. Sus dagas se desvanecieron y en su lugar volvió a aparecer el bolso que antes llevaba e Imation había cargado.

En silencio volvieron hasta la mesa donde les esperaba su comida ya fría. Tendrían que ordenar otra vez. Así solía pasar.

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