domingo, 22 de marzo de 2009

Enseñanzas de Soul Eater

Más Soul Eater… ya solo restan 3 capítulos antes del final. Y como todo lo que veo o hago, me he dedicado a extraer algo que pueda aprender y/o emplear.

Hoy veo que soy un guerrero, uno de los fuertes... pero aún mortal. Sin embargo aspiro, como Black Star, a superar a los dioses. Y aunque se vea derrotado, de alguna forma encuentra la forma de continuar. Aunque a veces pierda la cordura, dude, al final igualmente se levanta para continuar.

No le gusta pedir ayuda, pero aún así aprendió a hacerlo cuando se dio cuenta de que actuar así era egoísta y no le traía beneficio alguno.

Por otra parte de la serie pude desarrollar de otra forma los lazos individuales y diferenciarlos de los grupales. Todos sabemos que podemos divertirnos con uno o varios amigos. E innatamente también sabemos que lo que hablaremos en grupo jamás será lo mismo que se hable con cada uno, porque no le cuentas a todo un grupo lo que eres capaz de contarle a uno en quien confías más. Es feo clasificar las amistades, pero es inevitable que haya diferencias entre ellos. Siempre hay unos que son más importantes. En la serie, como explique una vez, hablan de resonancia de alma (conexión entre dos) y resonancia en cadena (grupal).

Hablan también sobre la incapacidad de concentrarse en los propios pensamientos, en los deseos internos, por culpa de las obsesiones y la desesperación que hacen que perdamos el buen juicio y el camino siendo cegados de los caminos hacia lo que queremos (como le ocurrió a Einstein). Un ruido que se interpone en la musicalidad de nuestro actuar y nos impide a dar respuestas. Lo expresan como el dejar que “la locura” se apodere de nosotros.

Y esta se ve potenciada con un sentimiento de duda y vacío que proviene de “la sangre negra”. Una maldición que se mete en el ama y acelera el proceso de locura. ¿Cómo no? Si es lo mismo que nos hace a nosotros volvernos locos... duda y vacío... incomunicación e inconstancia... abandono presencial y abandono emocional.

Y por tratar el problema, claramente también hablan de soluciones. Desarrollan a los personajes y sus historias, explican sus trancas, sus trabas, sus ataduras. Y muestran como igualmente avanzan y logran superarse.

Ese ejemplo me ayudo también a continuar, me ayudó a entender que no importa que se me interponga, lograré sobrepasar a los dioses y proteger a mis amigos y quienes quiero sin considerar más el costo. Porque seré tan “rico”, que dar será lo más grato que podré hacer.

Cuando así ocurra, entonces la duda se disolverá, el vacío se dispersará y solo tendré ante mí lo que he logrado cosechar de lo que hace tanto planté y por tanto cultivé.

Mis dagas son un arma, que no tienen por qué matar. Son un arma rápida, certera y eficaz. Que pueden ser aplicadas ambas a la ofensiva o defensiva, o incluso dividir sus actividades, una para ofensa y otra para defensa.

La idea de las dagas es solo una metáfora para la dualidad que he logrado obtener. No necesito un escudo (bloqueo emocional, silencios, abstracciones de la realidad) para defenderme, tampoco tengo que centrarme en el arma (deshacerse o escapar de los enemigos, actitudes físicas agresivas, ataques emocionales...). No quiere decir que no me descontrole y los use, pero si lo hago procuro usar ambas partes.

Antes usaba armadura para intentar bloquear algo los ataques (me cerraba en las respuestas, mantenía solo para mí los problemas aunque mis amigos me pidieran explicaciones, evitaba toda abertura o posibilidad de ser atacado por desde otras personas o situaciones), sin embargo con el tiempo comprendí que sin la armadura me muevo mucho más rápido (abrirse y generar confianza entre los amigos hace que actúen como tus aliados defendiéndote y luchan contigo y/o para ti).

Sin embargo, para moverse rápido y soportar la carga de llevar dos armas, concentrarse en atacar y defender a la vez. Y tener el valor de andar sin armadura y un actuar noble y veloz que permita crear confianzas, tenerlas de uno hacia los otros y poder mover masas de aliados en cuanto a un propósito. Es un proceso que requiere de gran entrenamiento y fuerza (De mucho tiempo, entendimiento y dedicación con uno y los otros. Una buena relación interpersonal e intrapersonal).

Cuando ofrezco mis dagas a servicio de otros, lo que ofrezco es ese poder a su servicio, o esos conocimientos para ayudarles a avanzar en los suyos y averiguar cuál es su propio estilo y su arma predilecta. Es un entrenamiento de combate.

Una forma de ayudarles a moverse, localizar y eliminas sus trancas, darles una posibilidad de abertura voluntaria (no puede obligarse a ello) que es lo más básico e innato en cualquier relación. Una persona que no puede abrirse, estancará sus relaciones en un cierto punto en vez de continuar el avance hacia lo inmortal, hacia los dioses.

¡Claro que no soy perfecto! No hay duda de que estoy aún muy lejos de sobrepasar a los dioses. No hay duda de que puedo equivocarme, ser consumido por la locura, contaminarme con la sangre negra, me tiente a utilizar armadura y cambiar mis dagas por otras armas que no son mi especialidad (como armas de distancia que se enfocan, en términos reales, a la manipulación. Hacer daño sin acercarse al objetivo).

Pero si hay algo que puedo asegurar. Mientras el soporte sea mutuo y la confianza sea mutua. Mientras haya reciprocidad. Lucharé contra lo que sea que se presente en pos de mantener, reforzar y cultivar los lazos creados. En crear la RESONANCIA DE ALMAS más poderosa que pueda verse jamás.

TAMASHI NO KYOME!

(Imagen creada por Juan Carlos)

Muéstrame que esta resonancia de almas realmente funcionará.
Que esta vez será posible porque en ambos ya paz e interés.
En ambos hay reciprocidad y eso lo conservará.
Que esta oportunidad lo valdrá.

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