viernes, 17 de septiembre de 2010

Decorar la oscuridad

(Tema de fondo al escribirlo: You are not alone ~ Final Fantasy IX)
(http://www.youtube.com/watch?v=_4ifq16IoBA)

Sabía que había despertado, pues aunque no quería abrir los ojos podía sentir los tibios rayos de sol. Y aunque aún no movía músculo alguno, podía sentir como el cesped me daba picazón y unas cuantas hormigas caminaban sobre mis piernas y brazos generándome un cosquilleo que me obligó a sonreír.
Sabía que había vuelto del mundo de los sueños pues, aunque aún escuchaba las hojas agitadas por la brisa, volvía a sentir que un vacío se apoderaba de mí al no poder compartir la alegría de estar ahí, simplemente acostado, al no poder transmitir ese sentimiento de paz que buscaba.

¿Cuántas veces había querido hacer ver al resto que las cosas son más simples de lo que parecen? ¿Cuántas veces había deseado la unidad de los mundos de todas las personas para generar una realidad de la cual todos pudieran participar?
No quería las ilusas ideas de un mundo igualitario. Jamás sentí ni una mínima inclinación o atracción a las ideas comunistas. Pero siempre me preguntaba, ¿por qué a la gente le cuesta tanto creer? ¿por qué a la gente le cuesta tanto confiar?

Con los ojos cerrados y mis manos sobre los párpados veía solo oscuridad. Y mis ideas se habían vuelto igualmente oscuras en la desilusión de ver que una y otra vez se desconfiaba de mí. Por una razón que no llegue a comprender una lágrima solitaria escapó de uno de mis ojos y regó el paso. Sabía que su acidez solo quemaría al pasto. Y me llegué a sentir culpable de haberme permitido una lágrima, de haber permitido que alguien saliera perjudicado, aunque solo fuera una planta.

Decidí entonces que lo mejor era abrir los ojos y ver la luz. Pero sin una sombra que pudiera disminuir un poco la intensidad del sol, torpemente los abrí solo para que el negro absoluto se transformara en un blanco absoluto.

Entonces, con los ojos aún abiertos me senté. No podía ver. Una voz me dijo "despertaste al fin". Sin embargo, se sentía distante. "Yo respeto las decisiones de los demás y por ello no podremos hablar más", me dijo. Esa voz, pensaba, me parece cálida y cercana. Pero no podía reconocerla. Le escuché ponerse de pie y caminar alejándose. "Entonces, ¿este es un hasta nunca?" le pregunté sin estar seguro de por qué era importante el resguardar a alguien que acababa de conocer. Pero solo se limitó a responderme en su avance "se verá". Mas, yo seguía cegado por la luz.

Tras un rato comencé una vez más a percibir colores. Pero lo que alcancé a ver se veía rojo. Y aunque cerrara los ojos, la luz a través de mis párpados solo intensificaba la colorada gama. Sentí que mi interior ardía. De pronto sentí que el mundo se quería burlar de mí, como no podía percibir si sus actos eran bien intencionados o no dada mi ceguera, la gente que me veía a su paso solo me apuntaba y decía: ¿qué buscas tanto?. Pero mi única opción dada mi imposibilidad a ver el trasfondo de sus actos, era conseguir todo cuanto pudiera. Agitar mis brazos para ver que me rodeaba, escuchar hasta el último sonido, oler, sentir y recordarlo todo.
La gente me creía loco. Y más de alguno se acercó a decirmelo... y yo solo podía decir "es que no entiendo lo que pasa, no puedo ver".

Cuando al fin recuperé la visión. Ya estaba oscureciendo. Un nuevo día había pasado. Y estaba sentado y solo. No había logrado descubrir quien era la persona junto a mí, pero ya se había marchado. No había logrado descubrir como actuar. Y tampoco sabía más que lo que era para mí algo simple y que para el resto era inexplicable.
Un corto tallo de cesped junto a mí estaba ya marchito, lo corté y desee que creciera uno nuevo. Y así fue. Sin embargo, eso me hizo sentir cansado.

Me recosté una vez más en el cesped y miré las estrellas.
Una a una le fui poniendo nombres, todos aquellos nombres que recorrían y retumbaban en mi cabeza. Y cada vez que mencionaba alguno, una línea enorme de recuerdos invadía mi mente y me decía. "Que bello, ojalá estuviera aquí conmigo viendo las estrellas". Pero por alguna razón, pocos querían recostarse conmigo a verlas... y aunque todos le ponen nombre a las estrellas, hay quienes prefieren callar sus nombres... y entonces mi mente se pierde en un "no lo entiendo". Si todos al mirar el cielo vemos las mismas estrellas... si todos podemos bautizar al mismo cielo... ¿por qué no podemos todos compartir las estrellas? ¿por qué hay gente que quiere guardar solo para sí su resplandor?

Puse mis manos bajo mi cabeza y sin darme cuenta, suspiré. Mis ojos volvieron a lagrimear cuando los cerré.
"Demasiada luz puede cegar tanto como la oscuridad", pensé.
Y entonces me quedé dormido una vez más.

En mis sueños cada estrella tenía su nombre y todos podíamos saber el nombre de todas. Porque así como ellas en conjunto decoran el cielo, la confianza que hay entre nosotros decora nuestra oscuridad...

- - - -

No tengas miedo.
No desconfíes de mi.
Si hago mal es porque no entiendo que lo hago.
Si me haces mal, me siento mal.
Si te alejas, no me lo puedo explicar.
Si callas, debo buscar otra forma de entender.

Mi única intención es decorar la oscuridad...

4 comentarios:

Eternal Kid ~ dijo...

Y te lo dice alguien que no juega GTA porque se siente mal al golpear a la gente en la calle xD

Peter dijo...

Quien era la persona que se habia ido??

Peter dijo...

Totalmente deacuerdo con la frase por cierto...

Eternal Kid ~ dijo...

Nadie en particular, no usé a personas conocidas. Lo que sí hice fue usar algunos dialogos de mis recuerdos... en este caso usé un dialogo con una amiga.